Se dispara más de un 41%

Cerdos como diamantes: el aumento de la cabaña china dispara el rally del maíz

El gigante asiático ha disparado su demanda de piensos para ganados tras recuperarse del brote de peste porcina africana que obligó a sacrificar el 60% de su cabaña de cerdos y ha presionado al alza los precios

El rally del maíz
El rally del maíz
Pixabay

El cereal más consumido del planeta acumula un 'rally' bursátil de más del 41% desde principios de año. El maíz se ha convertido en la materia prima agrícola más rentable desde enero, por delante de la soja (+22,6%), el trigo (+11,9%), el arroz (+7,74%) o la avena (+3,4%). El precio de este alimento básico para buena parte de la población mundial se ha más que doblado en el mercado de futuros de Chicago desde el pasado verano. Supera los 680 dólares por bushel, la unidad de medida que se emplea en en los países anglosajones en el comercio de granos, harinas... y que equivale a poco más de 27,21 kilogramos. 

Hay que remontarse hasta 2010 -cuando va tocando a su fin la primera fase de la crisis financiera internacional- para encontrar una subida más pronunciada del precio del maíz. El cereal se encareció un 51,7% en el conjunto del año al desplomarse los inventarios en Estados Unidos (primer productor mundial con una cuota del 30%) a su nivel más bajo en quince años. Sin embargo, no sería hasta agosto de 2012 cuando el precio de la materia prima tocase el que sigue siendo su máximo histórico hasta la fecha: los 831,25 dólares por bushel. El motivo, en ese caso, fue meteorológico: el país se vio azotado por la mayor sequía en más de medio siglo y la falta de agua afectó al 88% de la cosecha.

¿Qué es lo que ha disparado ahora la cotización del grano hasta su nivel más alto en ocho años? La recuperación de la crisis generada por la pandemia de Covid-19 explica una pequeña parte de su auge. Otra parte viene dada por el aumento de las importaciones chinas de maíz estadounidense tras la primera fase del acuerdo comercial entre ambas potencias  por la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Sin embargo, la variable que más pesa en esta revalorización es la fuerte demanda por parte del gigante asiático de piensos para ganado. Su cabaña porcina ha logrado recuperarse tras los brotes de de peste africana que entre 2018 y 2019 obligaron a sacrificar a más del 60% de los cerdos y ha convertido al maíz en el oro de las materias primas agrícolas.

Según datos del Ministerio de Agricultura chino, las piaras de cerdos aumentaron un 26,9% en octubre en relación al año anterior, lo que ha allanado el camino para esa mayor demanda de piensos. En apenas medio año, las estimaciones de importación de maíz por parte de Pekín se han triplicado, al pasar de 7 millones de toneladas en octubre de 2020 a 24 millones de toneladas el pasado mes de marzo. China, que es el segundo productor mundial de maíz con una cuota de mercado del 24%, tiene buenos motivos para elevar tanto sus compras en el exterior. Los precios nacionales de la materia prima se dispararon el pasado ejercicio hasta su nivel más elevado desde 2015. "Dado que los precios nacionales del maíz siguen alcanzando niveles récord, se espera que China sea un actor clave en el comercio mundial de maíz", apuntan desde la gestora WisdomTree.

Esta demanda al alza se ha topado de bruces con una oferta bajo presión por las malas condiciones meteorológicas en las principales zonas de cultivo. Según el Consejo Internacional de Cereales (CIC), es probable que el mercado mundial del maíz sea deficitario por quinto año consecutivo en la campaña 2021-2022. A nivel mundial, las existencias finales de maíz se reducirán a 284 millones de toneladas, lo que supone una revisión a la baja de casi 4 millones de toneladas. Estados Unidos es el principal responsable de esta caída. En su informe de abril, el Departamento de Agricultura norteamericano (USDA, por sus siglas en inglés) ha vuelto a rebajar el cálculo de existencias de maíz para la actual campaña desde los 1.500 millones de bushels que preveía el mes anterior a 1.350 millones de bushels.

Las condiciones extremas lastran la producción

Unas temperaturas más frías de lo habitual a lo largo del mes pasado pusieron trabas al crecimiento inicial de las semillas. En el caso de Brasil es la sequía de las últimas semanas la que está castigando la cosecha de maíz. "Esperamos que el deterioro de las condiciones climáticas de cara a la segunda cosecha del año en las principales regiones productoras amplíe las actuales estimaciones de déficit en el mercado mundial del maíz", advierten en la gestora neoyorquina. Este escenario seguiría impulsando los precios en medio de un panorama global en el que la inflación empieza a preocupar cada vez más en los mercados financieros.

En el mercado de materias primas, las presiones inflacionarias se están haciendo sentir desde 2019 -antes de que estallase la pandemia-. El precio del hierro, el del cobre o el del aluminio se han disparado... pero también lo han hecho el del maíz y el trigo. "Por ahora, estas subidas han repercutido principalmente en los precios de producción, pero es muy probable que las empresas intenten trasladarlas al consumidor final, sobre todo teniendo en cuenta el alto nivel de ahorro actual", apunta François Rimeu, estratega senior de La Française AM

LAS CLAVES

  • El éxito del maíz se debe a su alta productividad y a que se adapta muy bien a la mayoría de geografías. El maíz amarillo, que representa la mayor parte del mercado mundial, se cultiva en buen parte de los países del hemisferio norte y se utiliza sobre todo para la alimentación animal. El maíz blanco, más caro, se produce para la alimentación en América Latina, el sur de África y el sur de Asia en una amplia gama de condiciones climáticas.

En sus últimas perspectivas agrícolas para el periodo 2020-2029 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OCDE prevén que la producción de maíz aumente en 193 millones de toneladas a lo largo de ese periodo. Se incrementará más que la del trigo (+86 Mt), el arroz (+67 Mt) y otros cereales secundarios (+29 Mt). El organismo dependiente de la ONU calcula que el uso del maíz aumentará en 172 millones de toneladas, impulsado en gran medida por la expansión de los sectores ganaderos en Asia y América. Mientras, la demanda de maíz para consumo humano aumentará en 23 millones de toneladas, especialmente en África subsahariana, donde el maíz blanco es un alimento básico y el crecimiento de la población sigue siendo elevado.

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