Canadá convierte el centro de prensa del G-20 en una gran campaña de "marketing"

  • Toronto (Canadá).- Los periodistas que cubren el G-20 trabajan desde un centro de prensa con un lago artificial y "vistas" a los idílicos parajes que proyecta una pantalla mientras reputados chefs ofrecen comida gratis para disfrutar del "paisaje".

Canadá convierte el centro de prensa del G-20 en una gran campaña de "marketing"
Canadá convierte el centro de prensa del G-20 en una gran campaña de "marketing"

Toronto (Canadá).- Los periodistas que cubren el G-20 trabajan desde un centro de prensa con un lago artificial y "vistas" a los idílicos parajes que proyecta una pantalla mientras reputados chefs ofrecen comida gratis para disfrutar del "paisaje".

Las imágenes muestran escenas de la región de Muskoka, a unos 200 kilómetros de Toronto, donde están reunidos desde ayer los líderes del G-8, en una cumbre con acceso restringido a la prensa y que irá seguida del encuentro del G-20 que arranca hoy en Toronto.

El lago y el pabellón turístico que lo rodea forman parte de una operación de "márketing" en la que el primer ministro Stephen Harper ha tirado la casa por la ventana, para horror de los contribuyentes que pagarán los casi dos millones de dólares que costó el montaje.

Pero Harper no ha escatimado recursos para lograr que la prensa internacional se lleve, dice, una "buena imagen" del país anfitrión.

La campaña, que incluye la retransmisión de los partidos del Mundial de fútbol, parece haber dado resultado, a juzgar por las declaraciones de los periodistas que se "inspiran" entre artículo y artículo en las sillas de reposo a "orillas" del lago mientras contemplan puestas de sol virtuales.

"Es cómodo. Es peligroso. No quiero trabajar. Quiero descansar", dijo a Efe Hiroo Watanabe, corresponsal del periódico japonés Sankei Shimbun, sentado en una tumbona con una copa de vino en la mano.

Watanabe, que cubre desde hace diez años cumbres internacionales como la del G-20, dice que ésta es "la mejor" en lo que al trato del país anfitrión a la prensa se refiere.

Ana Barón, corresponsal del diario argentino Clarín en Washington desde 1985 y quien que ha cubierto incontables reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el G-7, el G-8 y el G-20 ha sucumbido también a los esfuerzos propagandísticos de Canadá.

"He cubierto todas las cumbres que te puedas imaginar y de todas este centro de prensa es el más impresionante, por la comida y por las imágenes de la pantalla, que te sientes como si estuvieras ahí", afirmó Barón, para quien la guinda es el mini-cine en 4D (cuatro dimensiones) con imágenes turísticas de la provincia de Ontario.

Los periodistas canadienses, por su lado, ofrecen una lectura distinta del asunto.

Jonathan Pearce, un productor del canal de televisión CPAC que retransmite noticias y sesiones parlamentarias, dice que el despliegue del centro de prensa, que incluye comida y bebida gratis "todo" el día, refleja el "complejo de inferioridad canadiense".

"Somos muy inseguros como país sobre nuestro lugar en el mundo y tratamos de compensarlo con exageraciones como esta", afirmó Pearce, quien cree que el estar tan cerca de la superpotencia estadounidense explica las inseguridad de Canadá.

Su compañero, John Vanbeek, asegura, por su parte, que no deja de ser irónico que la prensa canadiense, que criticó a Harper hasta la saciedad por gastar más de 1.000 millones de dólares en las dos cumbres, se beneficie ahora de esas inversiones.

"Los medios que tanto criticamos el famoso lago estamos ahora aquí disfrutándolo", afirmó Vanbeek, quien aseguró verse obligado a reconocer que la campaña es "efectiva".

La operación de "márketing" en marcha incluye la presencia de cocineros como Jamie Kennedy, uno de los "chefs" más famosos de Canadá, que preparó la tarde del viernes canapés de pescado para los miles de periodistas de todo el mundo que se encuentran en Canadá.

"El objetivo es mostraros a todos vosotros que tenemos una gastronomía floreciente", explicó a Efe Kennedy, que utiliza sólo productos de agricultores y pescadores locales.

A los cocineros se suma la presencia de artistas de la región de Muskoka, como Nathalie Bertin, una pintora que mezcla en sus cuadros motivos de sus antepasados indígenas algonquinos y de los colonos franceses que llegaron hace siglos a la región de Ontario.

"Aunque quisiera, no podría pagar por toda la exposición que logro aquí", explicó Bertin, quien celebra el que Canadá haya encontrado, en el centro de prensa, "una ventana al mundo".

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