En el entorno del 3,5%

Cataluña exprime el turismo y los fondos UE y aspira crecer más que España en 2023

Un déficit que cerró el año pasado en el 1,51% del PIB y una deuda que equivale al 33,4% de su riqueza son, junto con la tensión en el mercado inmobiliario, los principales retos que afronta la segunda mayor economía del país.

Vista del Puerto de Barcelona.
La receta catalana para crecer más que la economía española y la zona euro en 2023.
Europa Press

Cataluña está preparada para exprimir al máximo la recuperación completa del turismo tras la pandemia de Covid y la llegada del grueso de los fondos europeos Next Generation, prevista para este año, gracias a que cuenta con un tejido productivo muy diversificado. En concreto, el sector de la automoción (que aporta alrededor del 8% a su PIB) se ha beneficiado de la buena marcha de las exportaciones y lo hará los próximos meses por la corrección tanto de los precios energéticos, como de los cuellos de botella que han persistido en las cadenas de suministro globales. Estas perspectivas colocan a la autonomía en una situación cómoda para crecer por encima de lo que lo hagan el conjunto del país y la eurozona a lo largo de este ejercicio. Un año en el que, sin embargo, el Gobierno de la Generalitat deberá seguir lidiando con el lastre de la deuda y del déficit de cara a la recuperación de las reglas fiscales en toda Europa el próximo enero.

Entre enero y marzo la economía catalana creció un 3% en términos interanuales y avanzó un 1,2% en relación al trimestre previo, lo que supone estar siete décimas por encima de la media de España (0,5%) y nueve décimas si se compara con la evolución de toda la Unión Europea (0,3%). Esta diferencia se debe, principalmente, a la mejora del sector industrial, que creció un 3,7% y que rompe la tendencia negativa que mantenía en 2022, pero también al impulso que el turismo ha dado al consumo. Solo en los tres primeros meses del año la región recibió a casi 2,8 millones de visitantes extranjeros, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística. Esa cifra supone un aumento del 53% en relación al mismo periodo del año anterior y la coloca tan solo por detrás de Canarias en lo que a llegada de visitantes internacionales se refiere.

Esto, sumado a la buena marcha del turismo, ha permitido que las pernoctaciones en alojamientos turísticos hayan superado desde principios de año prácticamente los registros precovid en un 4,4%. La actividad turística no es la única para la que las perspectivas son optimistas este ejercicio. Francesc Rufas, profesor de EAE Business School, habla con La Información y destaca el peso que tiene la industria sobre la economía de la región, hasta del 23%, frente a otras comunidades autónomas como Madrid (12%), Valencia (11%) o País Vasco (9%). Rufas también resalta que la industria catalana cuenta con el valor añadido de estar "muy tecnificada" y que ello le ha posibilitado conseguir una mayor proporción de ayudas procedentes de los fondos europeos NGEU.

"Las ayudas están generando fuertes inversiones, que además se están viendo acompañadas por inversiones de las propias empresas, aprovechando el crecimiento de la demanda. Estamos viendo una enorme inversión en temas de I+D+i", apunta. Otro de los aspectos por los que la economía de la región avanza a mejor ritmo es la recuperación de la industria de la automoción con la llegada de lo semiconductores y la exportación. "En Europa están teniendo ahora mismo inflaciones que se mueven sobre el 8% y nosotros estamos en el 3%. Esto hace que la industria sea más competitiva y pueda exportar más", añade. 

Fuerte tirón de las exportaciones y fortaleza del mercado laboral

De hecho, las exportaciones catalanas aumentaron un 17,9% el año pasado, hasta alcanzar los 94.926,7 millones. Los principales sectores exportadores fueron los productos químicos, con 28.343 millones (+11,3%); los bienes de equipo, con 15.024 millones (+12,5%), y el sector de alimentación, bebidas y tabaco, con 14.242,5 millones (+15,2%). Del total de España (389.208 millones de euros), fue líder con el 24,4%, seguida de Madrid (15,2%) y Andalucía (11%). Tanto el empuje del turismo como el de la industria han permitido que el mercado laboral muestre una evolución muy positiva, señalan desde CaixaBank Research. La creación de empleo en hostelería y actividades profesionales en el último año ha permitido que la tasa de paro se situase en el 9,9%, tres puntos por debajo de la media nacional y por debajo, también, del 10,5% que registraba a finales de 2019, antes de que estallase la crisis sanitaria.

Bajo este contexto, Rufas calcula que Cataluña terminará el año con una subida interanual del PIB de alrededor el 3,5%, "unas décimas por encima del resto de la economía española".  Es una "muy buena noticia pese a la invasión de Ucrania y a los riesgos por la inflación y los elevados tipos de interés", resalta. No obstante, no es oro todo lo que reluce y el profesor de la escuela de negocios advierte de la "dificultad" que hay en Cataluña a la hora de crear empresas. "Seguimos siendo un país en el cual la creación de empresas, sobre todo en Cataluña, es más difícil que en ninguna parte, porque tenemos una cantidad de trámites burocráticos y una serie de plazos y restricciones para el inicio de actividad que son brutales, especialmente en Barcelona", asegura.

Así, considera que debe producirse una homogeneización de la normativa para que no haya competencia "desleal" entre comunidades. "Las mayores complejidades del sistema burocrático de creación de empresas nos perjudican en relación a Madrid, donde han aplicado políticas más liberales que facilitan la generación de negocios", agrega. En la misma línea, aboga por una armonización fiscal y opina que la Ley de Vivienda está "condenada al fracaso" por la regulación de los precios. "No puedes decirle a la gente que no puede cobrar un alquiler de mercado porque entonces lo que hace es retirar estas viviendas que estaban destinadas al alquiler para derivarlas a la venta. Si no permites que la gente tenga una rentabilidad, lo que ocurrirá es que no habrá vivienda disponible para alquilar y que se destine a pisos turísticos o a la venta", reitera a este diario. 

Los grandes lastres: déficit, deuda y tensión en la vivienda

Defiende así que lo ideal sería crear más vivienda pública destinada exclusivamente al alquiler y para familias vulnerables. "Desde mi punto de vista, la única solución es destinar fondos a la construcción, a la rehabilitación y, por tanto, al aumento del parque de vivienda social con precios de alquiler razonables", explica. El problema de la vivienda en Cataluña viene de lejos. De acuerdo con las cifras que maneja el Colegio de Registradores, el precio de los inmuebles se situó el año pasado un 16% por encima de la media nacional, en los 221.162 euros frente a los 190.000 euros de media en el conjunto del país. Ni el encarecimiento de los costes de financiación ni la incertidumbre impidieron que las compraventas aumentasen un 14,5% hasta las 646.241 operaciones.

Ese encarecimiento de la financiación provocado por la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) puede suponer un problema para la vuelta de la autonomía a los mercados más de una década después (desde 2012 ha venido financiándose a través de los mecanismos extraordinarios creados por el Estado tras la pasada crisis financiera). En un informe reciente, Santiago Lago Peña, investigador sénior de Funcas, explica que la carga de deuda con los tipos que se prevén hacia finales de año para el Tesoro "obligaría" a Comunidad Valenciana o Cataluña a dedicar un 10% o más de su presupuesto ordinario al pago de intereses. De momento, la Generalitat debe hacer frente a una de sus grandes cuentas pendientes: la deuda y el déficit, sobre todo después de que el agujero de sus cuentas se disparase el año pasado hasta el -1,51% del PIB y de que el pasivo público alcance ya el equivalente al 33,4% de su riqueza. 

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