La IA se abre paso en RRHH

ChatGPT: "Disculpa, no te entiendo, ¿por qué quieres un ascenso?"

La irrupción de la IA en el ámbito empresarial plantea un escenario en el que la gestión de RRHH podría perfectamente automatizarse… a costa del bienestar de los empleados.

ChatGPT
ChatGPT: "Disculpa, no te entiendo, ¿por qué quieres un ascenso?".
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  • Empleado: “Buenos días, quería hablar sobre mi desempeño en el último proyecto y sobre cómo podría traducirse en un posible aumento de salario”.

  • RRHH: “No detecto insatisfacción en tus correos electrónicos recientes. ¿Podrías aportar datos que justifiquen el aumento?”

  • Empleado: “Bueno, creo que he superado mis metas y contribuido al equipo…”.

  • RRHH: “Interesante. Sin embargo, tus métricas de productividad están un 7,4% por encima del promedio. No es suficiente para activar el protocolo de aumento salarial”.

Por surrealista que parezca, cuando hablamos de RRHH, la realidad es que la mayoría de las tareas y funciones podrían perfectamente automatizarse. Pero cuando nos centramos en la gestión de personas, la cosa cambia. Por ejemplo, ¿qué pasaría si ChatGPT fuese el Responsable de RRHH de una empresa? Pues, más o menos, que daría las asépticas respuestas de la anterior conversación inventada.

Y que, probablemente, ese empleado ficticio en busca de un aumento no querría saber nada más de RRHH en su vida. En este ejercicio de abstracción, ahondemos un poco más para desentrañar lo que sucede cuando ponemos al corazón de la empresa, los empleados, bajo la supervisión de una inteligencia artificial, en algunas de las competencias estratégicas clave que definen hoy en día la gestión de personas.

Engagement: "Error 404, emoción no encontrada"

En este hipotético escenario en el que ChatGPT se encarga de fomentar el engagement de la empresa, tendríamos algoritmos recitando frases "motivadoras" basadas en nuestra productividad, al más puro estilo Paulo Coelho. Pero, ¿esto es suficiente? ¿Qué pasa cuando alguien no se siente motivado con su trabajo o, simplemente, atraviesa por algún período de desafección hacia su empresa? ¿Una IA sería capaz de interpretar correctamente el plano emocional del empleado, si lo que necesita son más vacaciones? ¿O directamente respondería con un “error 404, emoción no encontrada"?

Conciliación: "No entiendo 'necesito tiempo para mí'"

Parece evidente que las IA son extraordinarias manejando datos, pero no emociones. Ni siquiera el plano connotativo del lenguaje. Por eso, aunque la Organización Internacional del Trabajo señala que la falta de equilibrio entre la vida laboral y personal es una de las principales causas de estrés en los trabajadores, es probable que una IA fuese incapaz de comprender exactamente por qué un trabajador puede necesitar tiempo para cuidar de sus hijos, de familiares, o de sí mismo.

Gestión de promociones y ascensos: "Subirás de nivel cuando completes la siguiente misión"

Ahora imaginemos que un algoritmo decide quién merece un ascenso basado en métricas y KPIs, sin tener en cuenta el liderazgo, la creatividad o la habilidad para trabajar en equipo. Las famosas ‘soft skills’, que actualmente más demanda tienen entre las empresas, son un intangible incapaz de ser procesado por IA alguna. Por ejemplo, según un reciente estudio de Udemy, actualmente el 77% de los españoles es consciente de que existe un déficit de habilidades blandas en el entorno laboral. Pero, ¿cómo podría identificar una IA qué ‘soft skills’ necesita una persona? ¿Cómo podría entrenar a esa persona? ¿O, simplemente, cómo podría saber qué miembro de un equipo está más preparado para un ascenso?

Salud Mental: "Tu porcentaje de felicidad está al 67%"

Si algún día una IA tuviese que identificar o tratar un problema de salud mental, probablemente su diagnóstico fuese algo similar a: "Tu porcentaje de felicidad está al 67%". Pero lo cierto es que el bienestar psicológico y emocional son algo más que un número en una app. El estrés laboral cuesta a las empresas alrededor de 300.000 millones de dólares anuales en pérdidas, según la Organización Mundial de la Salud.

En España, el Burnout hace estragos desde la pandemia y las bajas por cuestiones relacionadas con la salud mental no hacen más que crecer año tras año. Un escenario en el que los profesionales sanitarios, psicólogos y desde RRHH realizan una labor crucial en la prevención y tratamiento de cualquier problema de este tipo que, la inmensa mayoría de las veces, es incuantificable o comprensible para un algoritmo.

Sin sesgos ni discriminación con empleados y candidatos

Dicho todo lo anterior, admitamos que la IA podría aportar elementos positivos, como la eliminación de sesgos de género o discriminación racial, si estuviera al cargo de la gestión de Recursos Humanos en una empresa. En este utópico -o distópico- escenario, cada empleado sería evaluado bajo los mismos criterios matemáticos. Esto implicaría que la brecha salarial tendería a desaparecer, ya que una IA no negociaría un salario a la baja con una mujer solo por ser mujer, por ejemplo.

Teóricamente, también serviría para evitar cualquier otro tipo de discriminación en la empresa, puesto que la supresión de la percepción cualitativa sobre un empleado o candidato, implicaría necesariamente que el color de piel, la religión o incluso la ideología política nunca fuesen un condicionante. Una IA simplemente diría: “Estás un 95% capacitado para este puesto. Enhorabuena, eres el mejor candidato. Estás contratado”. Frío, quizás, pero justo y meritocrático.

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