"No habrá turistas hasta mediados de julio"

Los chiringuitos afrontan el verano más decisivo... sumidos en la incertidumbre

Los responsables de los establecimientos contrastan sus opiniones sobre cómo será este 2021 para sus negocios. La mayoría coincide en su vital importancia, pero discrepan sobre si será bueno.

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Los chiringuitos frente a su verano más decisivo: "Se espera mucha más gente".
AYUNTAMIENTO DE CARTAGENA

Apenas quedaban veintitrés días para que comenzara el verano del año 2020 y, desde hacía unas semanas, el Gobierno ya planeaba una estrategia que seguía un objetivo claro: "Hay que salvarlo". Pero el coronavirus aún seguía presente, no había vacunas, y sí mucha incertidumbre. Una bomba de relojería que explotó en aquellos negocios que más dependían del turismo. La imagen de aquel verano combinó restricciones gubernamentales y un miedo sin precedentes generado dentro de la sociedad.

Un año después, la imagen ha cambiado de forma radical: la mitad de la población ya ha recibido, por lo menos, una dosis de la vacuna, hay mayor conocimiento del virus y las medidas de restricción se han ido relajando. Uno de los grandes damnificados del verano pasado fueron aquellos restaurantes situados al pie de la costa: los chiringuitos. Doce meses después, sus dueños analizan para La Información qué expectativas tienen y cuáles son sus primeras impresiones ante este nuevo verano, quizás, el más decisivo.

Galicia es la comunidad autónoma con mayor número de chiringuitos de España, según el portal de Statista. En dicho territorio, las perspectivas de recuperación son diferentes dependiendo de la zona. Andrés García, que es el responsable del chiringuito Espiñeiro, un establecimiento frente a la ría de La Coruña, afirma, mientras ordena la vajilla para un nuevo día de trabajo, "pinta mejor que el año pasado". Según él, la gente está con "más ganas de vivir y disfrutar más" y, sentencia: "Para nosotros este verano es muy importante para nuestra recuperación y para poder volver al ritmo de venta normal". Pero el optimismo que hay en la ría de la capital no lo comparten en la ría de Pontevedra. Así, el responsable de el chiringuito Playa De Tulla, confiesa no saber qué decir mientras resopla. Finalmente, califica la situación de "ni buena ni mala" y se pregunta por qué el toque de queda es más restrictivo ahora que en las mismas fechas del año pasado.

En Girona, la dueña del chiringuito La Pelosa, afirma que prevén "un buen verano", pero reconoce que los tiempos no juegan a su favor. En lugar del medio año que suelen estar abiertos, "este año solo vamos a estar tres meses". Sin embargo, estos días su establecimiento está "a tope" y ya se ha preparado con "mucho personal". Mientras que en el chiringuito M-15 de Tarragona, el responsable afirma que "sigue habiendo muchos rebrotes", la situación de Tarragona "no es la mejor" y eso le crea "incertidumbre". A cuatro kilómetros de este establecimiento está La Nova Estrella. Allí resaltan también las dudas que genera la Covid, pero piensan que las "expectativas son mayores" con respecto al verano pasado porque hay "mayor movilidad" dentro del territorio. Sin embargo, prefieren restarle importancia a este verano: "Es igual que todos".

"No lo veo con mucho optimismo. Mejor que el año pasado, pero tampoco para tirar cohetes", sostiene el encargado de un chiringuito de Sitges, que prosigue "el mes de mayo ya lo hemos perdido y dudo que vayamos a tener turistas por lo menos hasta mediados de julio". En el chiringuito Wayra, su responsable reconoce que es "un verano clave porque tenemos una inversión muy grande que hay que recuperar en poco tiempo". Además, lamenta esta crisis del coronavirus porque le ha hecho perder ya dos veranos de los últimos cuatro, lo que "dificulta recuperar la inversión" y hacer que el negocio "sea rentable". Sin embargo, mantiene una actitud positiva porque "están trabajando mucho" estos primeros días de verano.

Sobre una duna y frente a la playa de Es Migjorn está El chiringuito Blue Bar, uno de los más llamativos dentro de la isla de Formentera. Su responsable cuenta que "tenemos mejores expectativas que el año pasado, como toda la isla" porque "ahora todo está bajo un poquitín más de control y ya sabemos a lo que nos enfrentamos" y prueba de ello es que la isla está "llena". "Se va notando más movimiento, sobre todo los fines de semana", dice el responsable de el chiringuito Beach Benidorm. Aunque, después de esta afirmación, matiza un poco sus palabras, "los días de entre semana siguen estando bastante parados, se espera mucha más gente, confiamos en una mejoría notable en los meses de julio y agosto". "Las restricciones no son las mismas que el año pasado, ya hay más vacunados y esperamos que esto vaya funcionando mejor", dice el hijo del dueño del chiringuito La Sardina, en la playa de la Herradura (Granada), que continúa, "el año pasado vivimos prácticamente del turismo nacional, este año estamos teniendo bastantes extranjeros que vienen aquí".

Los dueños de los chiringuitos buscan, bajo la incertidumbre de la Covid, un cambio de tendencia para poder conseguir de nuevo esa rentabilidad que les aportaban estos establecimientos a pie de playa. Y todo ello pasa por aumentar los ingresos este verano para recuperar el optimismo que el virus robó al sector. Una sensación que algunos ya sienten, como en el chiringuito malagueño El Cachalote, donde afirman que este verano supondrá "el principio de una nueva era porque hay que volver a lo que éramos en 2019".

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