Cowley: la energía de fusión será la mayor industria del planeta en 30 años

  • La energía de fusión, una energía "segura, limpia e inagotable", será en pocos años la mayor industria planetaria, por eso Europa tiene que seguir apostando por ella y convertirse en el mayor productor mundial de esta fuente energética que, para 2050, sustituirá a los combustibles fósiles.

Madrid, 23 jun.- La energía de fusión, una energía "segura, limpia e inagotable", será en pocos años la mayor industria planetaria, por eso Europa tiene que seguir apostando por ella y convertirse en el mayor productor mundial de esta fuente energética que, para 2050, sustituirá a los combustibles fósiles.

En una entrevista con Efe, Steve Cowley, director del programa de fusión británico y, desde junio de 2011, asesor del primer ministro británico, David Cameron, como miembro del Council for Science and Technology, asegura que la fusión será "la energía del futuro".

Cowley ha participado esta semana en Madrid en un seminario organizado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), una instalación española puntera en la investigación de esta energía.

Actualmente, el ochenta por ciento de la energía que se consume en el mundo procede de combustibles fósiles, un negocio que mueve anualmente más de seis billones de dólares al año, según Cowley.

Sin embargo, estos combustibles son agotables, muy contaminantes y responsables de la mayor parte de las emisiones de CO2 que causan el cambio climático.

El resto del pastel energético (cerca del veinte por ciento) se reparte entre la energía nuclear y las renovables (solar y eólica).

No obstante, sustituir los combustibles fósiles por energía nuclear y renovables es "descartable", porque muchos países han rechazado la nuclear por insegura y la energía solar es muy cara, explica el investigador.

La energía de fusión, sin embargo, "es perfecta" porque, a diferencia de los combustibles fósiles, "no contamina" ni provoca problemas medioambientales y, al contrario que la nuclear, "no es radiactiva, ni genera residuos de larga duración".

La energía de fusión reproduce las reacciones que tienen lugar en el sol y las estrellas y que utilizan el hidrógeno como combustible.

Para recrear esa fusión, se usan dos isótopos del hidrógeno (deuterio y tritio), un gas que a 200 millones de grados centígrados se convierte en el cuarto estado de la materia, el llamado "plasma".

El plasma, confinado en un campo magnético, produce una energía que "aún es muy cara de obtener y que además sólo sabemos hacer a gran escala, con máquinas grandes, y un elevado coste económico"; de hecho, esta técnica consume diez veces más de la energía que genera.

Para demostrar la viabilidad científica y técnica de la energía de fusión, la UE (responsable del 45 por ciento de la inversión), Japón, China, India, Corea, Rusia y EEUU, construyen en Cadarache (Francia) el laboratorio experimental ITER, que costará unos 12.000 millones de euros.

"En 2025, ITER llevará a cabo un experimento histórico. Para entonces la mayor parte de los problemas técnicos y retos actuales estarán solucionados y se demostrará que la fusión es posible", asegura Cowley.

"Para entonces, Europa debería estar a la cabeza de la investigación de esta tecnología porque si logramos construir plantas productoras para el resto del mundo, será la mayor la mayor industria del planeta, la que sustituirá al gas, al petróleo, etc".

Eso sí, advierte Cowley, hasta que la energía de fusión sea una realidad, habrá que construir más centrales nucleares.

"Tomemos como ejemplo a Alemania. Es un país antinuclear que intenta consumir sólo renovables. El riesgo es que si la energía sale más cara, la industria se vuelve poco competitiva y entonces se traslada a lugares con energía fósil o nuclear, donde la producción es más rentable y la energía más barata".

Así que, dada la alta dependencia de la industria moderna con el precio de la energía, "Alemania está perdiendo competitividad, y si Alemania se equivoca, la UE se hundirá".

Además, lamenta Cowley, "eso no ayuda al planeta porque la industria no deja de contaminar, simplemente se traslada a lugares donde se le permite hacerlo. Así que hay que asegurarse de que ayudamos al planeta de manera sostenible y, al mismo tiempo, que la economía de la UE sea competitiva".

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