Accionistas de Chrysler se complican la vida en pleno proceso de recuperación

  • En pleno proceso de recuperación tras estar en coma durante la crisis del sector automovilístico de 2009, el Grupo Chrysler encara una inesperada complicación que puede decidir su futuro con el enfrentamiento entre sus dos accionistas, Fiat y un fondo de trabajadores.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 27 sep.- En pleno proceso de recuperación tras estar en coma durante la crisis del sector automovilístico de 2009, el Grupo Chrysler encara una inesperada complicación que puede decidir su futuro con el enfrentamiento entre sus dos accionistas, Fiat y un fondo de trabajadores.

El presidente del consejo de administración de Fiat, John Elkann, advirtió el jueves en Turín (Italia) que si el fondo de trabajadores, conocido en inglés por sus siglas VEBA, que controla el 41,5 % de Chrysler, efectúa la Oferta Pública Inicial (OPI) de acciones anunciada, la relación entre las dos empresas cambiará.

"Si la OPI se produce, habrá dos compañías, y eso es diferente a tener una única compañía" dijo Elkann a preguntas de los medios de comunicación sobre el futuro de la alianza que salvó el Grupo Chrysler.

El origen de la actual disputa entre Fiat y VEBA se remonta a junio de 2009 cuando el Grupo Chrysler salió de la situación de suspensión de pagos a la que se había acogido casi dos meses antes.

El acuerdo que permitió resucitar al tercer fabricante de automóviles establecía que Fiat se hiciese con la gestión de la empresa, así como una participación accionarial del 20 % en Chrysler, a cambio de transferir tecnología para producir motores más eficientes y vehículos más pequeños.

El acuerdo también incluía que VEBA controlase el 55 % del accionariado mientras que las autoridades de Estados Unidos y Canadá obtendrían el 25 % restante en compensación por los miles de millones de dólares en ayudas que concedieron a Chrysler.

Además, Fiat tenía el derecho de aumentar su participación en el Grupo Chrysler de forma periódica si se cumplían una serie de requisitos financieros y técnicos.

Con el acuerdo en marcha, el 10 de junio de 2009, el Grupo Chrysler salió de la suspensión de pagos bajo la dirección de Sergio Marchionne, el director ejecutivo de Fiat.

Desde entonces, el Grupo Chrysler ha experimentado una espectacular recuperación de ventas así como de sus resultados financieros.

En agosto, las ventas de Chrysler en Estados Unidos se situaron en 162.552 vehículos, los mejores resultados en seis años. En julio, la empresa anunció que sus beneficios netos aumentaron un 16 % en el segundo trimestre para alcanzar 507 millones de dólares.

Esto ha permitido que el beneficio operativo modificado del Grupo Chrysler se sitúe en el 4,5 % en el segundo trimestre, no muy lejos del 5,1 % de General Motors (GM) aunque más alejado que el 6,4 % de Ford.

Pero el éxito del Grupo Chrysler también puede ser su perdición.

VEBA, que tiene que proporcionar la financiación para las pensiones y prestaciones sanitarias de unos 60.000 trabajadores, necesita transformar sus acciones en dinero para poder hacer frente a sus responsabilidades.

El acuerdo por el que Fiat se hizo con el control de Chrysler y que establece que la italiana puede comprar cada seis meses partes de las acciones en manos de VEBA, contiene una fórmula que establece el precio de los títulos.

Pero VEBA y Fiat están en desacuerdo sobre cómo aplicar la fórmula y el fondo de pensiones ha acudido a los tribunales para evitar que la empresa italiana se haga con un 16,6 % de sus acciones que tiene derecho a adquirir.

Para forzar que Fiat pague más por las acciones, el pasado 23 de septiembre VEBA inició los trámites ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) para lanzar una OPI sobre las acciones que controla.

VEBA quiere que el proceso deje claro que las acciones de Chrysler valen mucho más que lo que Fiat quiere pagar, 1.000 millones de dólares más, según han señalado algunos medios de comunicación.

Pero las perspectivas de una OPI han irritado a Fiat hasta el punto que la italiana se esté planteando una relación diferente con Chrysler.

Y ello a pesar de que Marchionne está tan convencido de que el matrimonio entre Chrysler y Fiat es esencial para los dos que en enero de este año declaró que su unión "es irreversible".

"No preveo que en el futuro de Chrysler y Fiat estén separados. Los veo como una sola entidad en algún momento. Lo que necesitamos es encontrar la forma de unir estas dos grandes organizaciones porque empezaron a tejer un futuro juntos en 2009", añadió Marchionne.

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