Bruselas busca acabar con la competencia desleal en el Impuesto de Sociedades

Angela Merkel, canciller de Alemania
Angela Merkel, canciller de Alemania
L.Díaz

La Unión Europea no está en su mejor momento. El Brexit y el surgimiento de decenas de partidos euroescépticos a lo largo y ancho del continente hacen dudar sobre la viabilidad de un proyecto que cada vez genera más descontento entre sus correligionarios. Años de austeridad fiscal y de desconexión entre autoridades y ciudadanía han desembocado en ésta situación.

Pero en Bruselas parecen dispuestos a pelear. Si ya han levantado la mano con España y Portugal, librando a ambos de la multa, ahora quieren ponerse serios con las grandes multinacionales que utilizan cualquier tipo de triquiñuela fiscal para evitar pagar lo que generan en cada país. Siendo el resultado de estas prácticas que Apple pagase una tasa del Impuesto de Sociedades del 0,005% en 2004, en palabras de la Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

La idea que Bruselas sopesa es armonizar la base imponible del Impuesto sobe Sociedades. Por lo que no quiere establecer un tipo mínimo, sino fijar unos criterios para definir qué es obligatorio tributar y qué se puede deducir y qué no. Se quiere poner fin a los acuerdos legales, pero inmorales, entre los Estados y las grandes multinacionales. Poniendo la lupa con especial ahínco en las empresas que facturan más de 750 millones de euros al año, ya que solo será obligatorio para ellas.

Son conocidas las prácticas de las grandes compañías, ya que no sólo Apple en Irlanda utiliza los recovecos del fisco del lugar, también gigantes Amazon y McDonald's podrían ser sancionadas por los acuerdos con Luxemburgo de los que han estado beneficiándose. Estas compañías suelen beneficiarse de acuerdos que alcanzan con los Estados, logrando trasvasar la mayor parte de sus beneficios del resto de países al que ofrece la fiscalidad más laxa.

A pesar de que estos acuerdos menoscaban la recaudación de los países europeos, que ven como lo generado en su territorio se fuga a otro que ofrece más ventajas a las grandes compañías, no se ha podido hacer nada para solucionarlo. Tanto en 2001 como en 2011 proyectos similares fueron tumbados por los países que ejecutan estas prácticas. Irlanda es el mejor exponente de este modelo, con un tipo de sociedades al 12,5% para atraer a la inversión extranjera.El proyecto está diseñado para funcionar en varios años

Bruselas es consciente de que tiene que volver a ganarse la credibilidad de los ciudadanos para que no le den la espalda. Y este proyecto puede ser una de las medidas estrella para alcanzar ese propósito. Aunque, tal vez "El proyecto era demasiado ambicioso para ser negociado de una vez", según el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, quien ha gestado la propuesta. No se ha hablado de cuanto se recaudaría -ya que es imposible cuantificar la cifra exacta, debido a la opacidad existente-, pero se calcula que impulsaría un 3,1% la inversión y aumentaría un 0,4% el empleo.

La idea cuenta con dos períodos diferenciados. En 2020 se empezaría a aplicar la base armonizada y en 2022 las empresas deberán presentar los beneficios, diseccionado por cada país europeo. Así, la medida entraría en vigor sin Reino Unido en la Unión Europea, ya que ha sido uno de los grandes lastres en este terreno, obcecados en no perder soberanía en este ámbito. La normativa no fijaría el tipo de Sociedades de cada país, aunque a día de hoy existe una diferencia notable entre países como Irlanda -teóricamente al 12,5%- u otros como España o Alemania, en torno al 25%o el 30%.

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