"Una corona de aportación, una corona de pensión". Éste es el lema del modelo de pensiones de Suecia que muchos ven como la mejor alternativa a la aparente encrucijada financiera en que se halla el sistema público de pensiones español, acuciado por un déficit endémico y por la amenaza que supone la previsible evolución de la pirámide demográfica.
Técnicamente, el modelo se conoce como de cuentas nocionales y su mecánica de funcionamiento se basa en la acumulación virtual de las cotizaciones efectivamente realizadas por cada trabajador durante toda su vida laboral, actualizadas en función de un índice de revalorización - que puede ser el PIB, el IPC o cualquier otro factor - y ajustadas en última instancia a través de un factor de conversión. Su principal diferencia respecto al sistema actual es que presenta un modelo en el que el trabajador cotiza con la certeza de percibir una cuantía determinada en el momento de su jubilación, por otro en el que lo que marca la cuantía de la prestación futura son las aportaciones realizadas.
Las cuentas nocionales han sido, precisamente, el objeto del primer informe del remozado Instituto Santa Lucía - antes Instituto Aviva -, que se ha ocupado en estimar el impacto que tendría la implantación de un modelo de cuentas nocionales en el sistema español de pensiones. El equipo de investigación del instituto ha calculado, en diferentes escenarios, cuál sería la cuantía de la pensión inicial que se percibiría con el sistema nocional frente a la que se percibiría a día de hoy, antes de la puesta en marcha a partir del 1 de enero de 2019 del segundo elemento básico de la reforma de las pensiones: el factor de sostenibilidad. ¿La conclusión? La pensión sería más baja en prácticamente todos los casos, aunque, eso sí, la situación financiera de la Seguridad Social estaría más saneada.
Los expertos de Santa Lucía han realizado los cálculos con nueve modelos diferentes de sistema de cuentas nocionales y en la inmensa mayoría el porcentaje de pensiones que resultarían más bajas en un sistema en el que la pensión dependiera de las cotizaciones efectivamente realizadas que en el sistema actual supera el 90%. Incluso en un escenario virtual en el que el modelo 'sueco' replicara casi al punto el actual modelo de pensiones español el 52% de los pensionistas recibirían una pensión más baja en un sistema de aportación definida, que en el actual de prestación definida. La minoración de la pensión inicial oscilaría entre el 15% y el 49%, según los escenarios estimados, aunque esa rebaja podría modularse hasta desaparecer según la forma de ponerlo en marcha.
Hay que explicar, llegados a este punto, que la comparación se traza con el sistema tal y como funciona a día de hoy. A partir del 1 de enero de 2019, si nada cambia, entrará en vigor el factor de sostenibilidad de las pensiones, el segundo elemento de ajuste introducido en la reforma del Gobierno junto al Índice de Revalorización de las Pensiones. Según Enrique Devesa y Robert Meneu, dos de los expertos que han participado en la elaboración del estudio, la magnitud del ajuste sería muy inferior o casi desaparecería si se tuviera en cuenta también el impacto de ese índice.
Ventajas del modelo sueco
¿Por qué implantar un modelo de cuentas nocionales? El primer argumento del informe es que mejora la equidad del actual sistema de pensiones, que penaliza en exceso a los que abandonan el mercado laboral antes de la edad legal y por contra no incentiva demasiado la permanencia en el puesto de trabajo, y hace depender en demasía el trato a los futuros jubilados de decisiones políticas. En el modelo sueco la prestación de la Seguridad Social depende única y exclusivamente de lo cotizado, al margen de los ajustes por otras contingencias que luego se puedan habilitar dentro del sistema de protección social.
Y ésta es su otra gran ventaja. El sistema de cuentas nocionales 'obliga' a destinar los ingresos por cotizaciones a la jubilación de los trabajadores, ya que a ellos corresponde el fondo virtual de las cotizaciones abonadas, y desplaza al Estado la responsabilidad de financiar los mecanismos de solidaridad del sistema: complemento a mínimos o pensiones por contingencias diferentes a la jubilación.
Un modelo solo para nacidos después de 1981
Otra de las conclusiones que arroja el estudio es que será difícil implantar un nuevo sistema de pensiones diferente al actual modelo de reparto para todos los nacidos antes de 1981. El motivo es que por la propia dinámica del sistema la Seguridad Social solo existen datos detallados sobre la cotización de los trabajadores desde 1997, lo que generaría serios problemas técnicos para estimar los derechos generados por los trabajadores que cotizaran antes de ese año a la hora de calcular una pensión.
Los expertos del Instituto Santa Lucía reconocen que ante una eventual aplicación del sistema de cuentas nocionales en España las cotizaciones realizadas por los trabajadores antes de 1997 tendrían que ser estimadas en función del algún parámetro creado a posteriori, ya que existen lagunas en la información disponible en la Seguridad Social.
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