El importe medio de las hipotecas ha caído un 25% desde que empezó la crisis

  • Uno de los mejores indicadores para conocer en qué horquilla de precios puede moverse actualmente el mercado inmobiliario son los importes medios de hipotecas y éstos se han reducido en una cuarta parte desde que estalló la burbuja inmobiliaria.
Aumento la compraventa de viviendas en un 18,7%
Aumento la compraventa de viviendas en un 18,7%
Ruth Ugalde

Este domingo se cumplen tres años del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Fue un 18 de abril de 2007 cuando los títulos de la desaparecida Astroc -después Afirma y ahora Quabit Inmobiliaria- se desplomaron en bolsa un 42,91% y dieron el pistoletazo de salida a la caída del negocio promotor, que se ha llevado por delante a varios buques insignia, como Martinsa-Fadesa o Habitat.

Como la bolsa suele anticiparse un año a la economía real, el efecto Astroc mostró su cara más amarga a partir de 2008 , con un frenazo en seco de la venta de la viviendas, que conllevó una caída generalizada de los precios. Sin embargo, nadie se atreve a poner un número exacto a la rebaja del precio de la vivienda y cada estudio aporta resultados diferentes.

Sin embargo, un claro indicador de cuánto han podido reducirse realmente los pisos son los importes de hipotecas y éstos acumulan una caída del 25%, hasta situarse en 112.839 euros, según el último dato ofrecido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al pasado mes de enero, frente a los 148.622 euros de abril de 2007.

Este recorte, responde a varios factores. Por una parte, el cierre crediticio por parte de la banca, que está limitando al 80% del valor de tasación del inmueble el importe máximo de concesión de hipoteca, frente al 100% y 110% que se concedía en plena burbuja. Por otro, la rebaja de precios, que permite pedir menos dinero prestado.

Contención y caída

La vuelta a los orígenes de las entidad financieras está obligando a los compradores a tener ahorrado previamente el 20% del valor del inmueble para poder acceder a una hipoteca, o poner garantías adicionales (usualmente suele recurrirse a la vivienda de un familiar) como aval, con el riesgo de sufrir el embargo de sendas viviendas si no pudiera hacer frente a la hipoteca.

Además, la ortodoxia de riesgos de la banca exige que la letra mensual sea inferior a un tercio de los ingresos netos. Es decir, que una persona cuya nómina mensual sea de 1.000 euros, nunca debería pagar más de 333 euros mensuales por adquirir su vivienda.

Esta práctica está volviendo a recuperarse en muchas oficinas, incapaces de asumir más riesgos, y también ayuda a comprender esa reducción del importe medio de las hipotecas. El problema para los promotores de viviendas es que todo apunta a que la banca continuará con sus políticas conservadoras, debido a los pies de barro que continua teniendo el gigante financiero, y por tanto, las hipotecas seguirán cosechando bajos importes medios que, como consecuencia natural, presionarán todavía más a la baja los precios de la vivienda.

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