El motor de Europa se congela

    • Francia entra en recesión y Alemania muestra una preocupante atonía
    • El INE alemán atribuye el anémico crecimiento de una décima experimentado por el país al frío extremo del invierno

lainformacion.com

Europa no arranca. Bien por el efecto inhibidor sobre la actividad económica de la austeridad, de esos ajustes presupuestarios que desactivan cualquier acción contracíclica por parte de los gobiernos europeos, o bien por las consecuencias de la purga de los desequilibrios acumulados durante los años del crecimiento desaforado, el caso es que la apática economía europea no termina de remontar.

Con los datos del primer trimestre del año ya en la mano, todo apunta a que habrá que esperar aún unos meses para comenzar a apreciar algo que se parezca a una reactivación económica.

Y no sólo en el caso de España, que se dejó cinco décimas más de su PIB entre enero y marzo en un desplome económico que ya dura cinco años.

De momento, lo que sabemos es que, como se anunciaba, Francia ha caído en recesión en el inicio de 2013 después de que su economía volviera a retroceder un 0,2% en el primer trimestre un 0,2%

La economía francesa ya había experimentado una contracción de dos décimas en el último tramo de 2012 y es sabido que los expertos consideran que una economía ha entrado en recesión cuando acumula dos trimestres consecutivos de decrecimiento.

Según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística galo, uno de los principales desencadenantes de esta sitaución ha sido el descenso del gasto en consumo de los hogares, que cayó un 0,1%.

Por su parte, la inversión total siguió disminuyendo entre enero y marzo y amplió en una décima su caída trimestral, desde el -0,8% al -0,9%. En conjunto, la demanda interna se redujo ligeramente (-0,1%).

La demanda externa contribuyó negativamente al PIB francés (-0,2%), frente a la aportación positiva de dos décimas que había realizado en el último trimestre de 2012.Alemania no tira del carro

En contra de lo que el discurso a nivel europeo pueda dar a entender, Alemania tampoco está en una situación particularmente boyante.

Tras experimentar un desplome del 0,7% en el último trimestre de 2012, Alemania apenas creció una décima en el arranque de 2013.

Una atonía que la Oficina Federal de Estadísticas alemana ha atribuído al frío extremo que hubo en el país entre enero y marzo, informa Europa Press.

Otro elemento sustancial es que el crecimiento del PIB alemán entre enero y marzo se basó casi exclusivamente en la demanda de los hogares, que era una de las exigencias que sus socios europeos han venido realizando a Merkel desde el inicio de la crisis: el estímulo de la demanda interna.

Por contra, la inversión mostró un perfil más desacelerado. Por su parte, el sector exterior "casi no tuvo impacto en el crecimiento económico" del primer trimestre.

Todo en línea, no obstante, con las pésimas expectativas económicas para el país avanzadas por el Bundesbank a finales del año pasado, cuando admitió que el país durante 2013 no presentaría el brillante crecimiento del 1,6% que se preveía en principio, sino un irrelevante 0,4%.

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