El remolque del "Triumph" se dificulta por fuerte el viento y las corrientes

  • El "Triumph" se acerca lentamente a la costa de Alabama, donde está previsto que atraque hoy, aunque su remolque se está complicando por los fuertes vientos en contra y las corrientes que empujan al gigantesco crucero, con más de 4.200 personas a bordo, hacia el este.

Mar Gonzalo

Miami (EE.UU.), 14 feb.- El "Triumph" se acerca lentamente a la costa de Alabama, donde está previsto que atraque hoy, aunque su remolque se está complicando por los fuertes vientos en contra y las corrientes que empujan al gigantesco crucero, con más de 4.200 personas a bordo, hacia el este.

A medida que la embarcación avanza por el Golfo de México hacia el norte, las temperaturas bajan y la ausencia de suficiente energía para aclimatar la embarcación está haciendo que los 3.143 pasajeros y 1.086 tripulantes tengan que encontrar vías alternativas para mantener el calor.

"El 'Triumph' está ya a las afueras del canal (de escasos seis kilómetros) y pronto entrará" en la bahía de Mobile (Alabama), explicó Carnival, la mayor operadora de cruceros del mundo y propietaria de esta embarcación.

Apuntó que la embarcación ha recibido este jueves provisiones con la ayuda de un helicóptero, entre ellas comida y un generador adicional, para atender las necesidades de los pasajeros, mientras el barco avanza casi tres veces más lento de lo que lo haría si tuviera propulsión propia.

El helicóptero de la cadena CNN que lleva horas retransmitiendo en directo muestra pasajeros abrigados con albornoces, porque muchos no echaron ropa de abrigo cuando prepararon las maletas para zarpar el 7 de febrero en lo que iba a ser un crucero caribeño de cuatro días en un barco de 275 metros de eslora, 100.000 toneladas y 14 plantas de altura.

Todo se torció cuando el domingo un incendio en el cuarto de máquinas dejó sin propulsión al barco, que desde entonces mantiene un suministro eléctrico limitado con generadores auxiliares. Los 4.229 pasajeros carecen de sistema de aclimatación, lo que en principio fue un problema por el calor y ahora por el frío, a medida que avanza hacia el norte.

Cuatro remolcadores tiran el barco, que está previsto que llegue hoy al puerto de Mobile, aunque la posible hora de llegada cada vez se retrasa más y ya se habla de bien entrada la noche.

Tanto Carnival como los guardacostas estadounidenses, que colaboran en el remolque, explican que los vientos en contra y las corrientes marinas, que empujan al este, complican la tarea.

Mientras, los pasajeros se quejan de que las condiciones son cada vez más incómodas: Sólo funcionan apropiadamente una veintena de sanitarios, prácticamente no hay comida caliente y las colas pueden prolongarse durante horas, al tiempo que el mal olor y el miedo a brotes epidémicos se propagan.

La pasajera Janie Baker relataba hoy al programa "Today" de NBC que las condiciones eran "extremadamente terribles" y aseguraba que la gente utiliza bolsas de plásticos para ir al baño, los ascensores no funcionan y hay quien duerme con los chalecos salvavidas puestos porque en ocasiones la embarcación se inclina y temen que naufrague.

Carnival, que no está escatimando en explicaciones a los medios de comunicación, insiste en que se hace todo lo posible por mantener el barco lo más limpio posible.

Varios pilotos accedieron hoy al barco para coordinar las maniobras de entrada a la bahía de Mobile, así como agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, que harán el papeleo de las 900 personas que viajan sin pasaporte, con la idea de agilizar al máximo el desembarco una vez llegados a puerto.

Desde el exterior se observa que en los balcones de algunos camarotes se han colgado carteles en los que se pide "ayuda" y que se evacúe a la gente.

Una de las mayores dificultades ahora es que el puerto de Mobile está en una zona muy interior, al fondo de una profunda bahía, antecedida por una barrera natural de terreno con una apertura muy estrecha.

Ello hace particularmente complicado el acceso al puerto para un barco de tal tamaño sin propulsión propia. Por ello, se espera que una maniobra que en condiciones normales requeriría unas tres horas, podría demorarse entre siete y diez horas.

En Mobile se ha habilitado una terminal portuaria diseñada para grandes cruceros, que llevaba un año sin usarse, y unas doscientas personas ayudarán al desembarco.

Una vez allí, Carnival ha dispuesto todo tipo de facilidades para que los afectados regresen a sus hogares o a Galveston (Texas), de donde zarpó el crucero y donde tendría que haber llegado el pasado lunes, ya que muchos tienen allí sus automóviles.

Además ha reservado habitaciones de hotel en Nueva Orleans, a dos horas por carretera, lo que ha provocado la queja del alcalde de Mobile, que asegura que la ciudad tiene capacidad suficiente para acoger a quienes prefieran hacer noche antes de regresar a casa.

El Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte ha abierto una investigación y Carnival ha suspendido los viajes que tenía previsto realizar con este barco en los próximos meses.

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