Advierte del "germen" de la discordia

El Rey apela a la Constitución y la unidad como garantes de nuestro modelo de vida

Felipe VI centró su discurso de Navidad en la Carta Magna como aval para la vida de los españoles, porque fuera de ella "no hay democracia ni convivencia; no hay libertades, sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad".

FELIPE VI Discurso de Navidad 2023
Felipe VI durante su discurso de Navidad 2023.
EFE

El rey Felipe VI centró este domingo su tradicional mensaje de Navidad en un claro llamamiento a la defensa de la Constitución Española, cuando se cumplen 45 años de su promulgación, como garante del modelo de vida que los españoles nos hemos dado desde entonces y que nos ha permitido expresarnos libremente, tener una educación, lograr empleo o protección ante las enfermedades, o también “acceder a una vivienda, formar una familia, contar con ayuda social o disponer de un retiro digno”. El monarca ha recordado que fue la constitución quien hace nos permitió superar la crisis de una España dividida hace casi cinco décadas –“la causa de muchos errores en nuestra historia”, admitió-, de forma que, ahora, “evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir”.

Felipe VI ha querido ensalzar este año esa otra dimensión de la Constitución como instrumento imprescindible para entender la vida de los españoles, de forma que pueda seguir discurriendo con confianza, estabilidad y certidumbre, “para que podamos disfrutar libremente de una vida en la que cada uno -con sus circunstancias- pueda ver razonablemente satisfechas sus legítimas expectativas, sus ambiciones, proyectos y necesidades”.

El Rey inicio su discurso con una clara alusión a los problemas económicos y sociales que atenazan a la sociedad española, como cada año, pero desde el principio de su intervención dejó patente que en esta Navidad quería centrarse en otras cuestiones que tienen mucho que ver con el desarrollo de nuestra vida colectiva. “Es a la Constitución y a España a lo que me quiero referir”, aseveró. Tras recordar que es la Carta Magna el mejor ejemplo de la unión y la convivencia entre los españoles y admitir que en España cada cual tiene derecho a expresarse y defender sus ideas en libertad, advirtió que “la democracia también requiere unos consensos básicos y amplios sobre los principios que hemos compartido y que nos unen desde hace varias generaciones”.

Para que todo discurra por los cauces que hasta ahora ha ido, dentro de la Constitución, Felipe VI ha advertido que es necesario que respetemos su razón de ser como pacto colectivo, así como su integridad y su identidad. “Fuera del respeto a la Constitución no ha democracia ni convivencia posibles; no hay liberades, sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad”, señaló con contundencia el monarca.

Unidad ante todo

Además de esa dimensión social y vital de la Constitución, Felipe VI quiso complementar su argumentación del mensaje navideño de este año con una cerrada defensa de la unidad de España, como una visión compartida que “reconoce el derecho de todos a sentirse y a ser respetados en su propia personalidad y en su cultura; con sus lenguas, tradiciones e instituciones”. En esa unidad, el Rey advierte que es fundamental mantener los sólidos vínculos que unen al Estado con las Comunidades Autónomas, “y en la solidaridad entre todas ellas”.

La idea de una España unida la traslada Felipe VI también en su discurso a las instituciones que conforman la estructura de España, incluida la propia Monarquía. “Cada institución, comenzando por el Rey, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde, ejercer las funciones que le son atribuidas y cumplir con las obligaciones y deberes que la Constitución le señala”, explicó el monarca.

La intervención de Felipe VI en esta Navidad de 2023 terminó, a modo de resumen, recordando lo que ya dijo hace unas semanas en las Cortes Generales, la obligación que tenemos todos los españoles de garantizar a las jóvenes generaciones el legado de “una España respetada, de una Nación querida, en la que puedan continuar desarrollando sus vidas de manera libre, de manera segura en un entorno de estabilidad y confianza”.

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