El Senado da un paso más para retar a Obama con la construcción del Keystone

  • El Senado de EE.UU. dio hoy un paso más para la aprobación en el Congreso del proyecto de ley para la construcción inmediata del polémico oleoducto Keystone XL, cuya votación final tendrá lugar previsiblemente esta semana aunque el presidente Barack Obama ya ha amenazado con vetar el texto.

Washington, 12 ene.- El Senado de EE.UU. dio hoy un paso más para la aprobación en el Congreso del proyecto de ley para la construcción inmediata del polémico oleoducto Keystone XL, cuya votación final tendrá lugar previsiblemente esta semana aunque el presidente Barack Obama ya ha amenazado con vetar el texto.

El proyecto logró 63 votos a favor y 52 en contra, de manera que allanó el camino para lograr el consentimiento definitivo de la Cámara alta, y con ello de todo el Congreso.

Los conservadores, que cuentan tras su victoria del pasado noviembre con 54 senadores, necesitaban convencer a al menos media docena de demócratas para lograr los 60 votos necesarios para pasar la medida de procedimiento, algo que parecía sencillo.

Sin embargo, lo que no resultará tan fácil será conseguir una supermayoría de dos tercios (67 senadores) en el voto final de la ley, lo cual evitaría el veto del presidente a la medida.

La Cámara de Representantes ya aprobó la propuesta la semana pasada por una mayoría abrumadora, con 266 votos a favor y 153 en contra, y contó con el respaldo de 28 demócratas.

La votación en la Cámara baja coincidió con la resolución a favor de los defensores del proyecto en el Tribunal Supremo del estado de Nebraska, que rechazó las denuncias de propietarios de tierras por las que transitaría esta importante infraestructura.

La resolución dio aún más argumentos a los republicanos para presionar a Obama sobre la construcción del oleoducto, que consideran necesario por la creación de empleo que produciría y el incremento de la autonomía energética para el país.

"Dejando de lado la decisión de Nebraska hoy, la legislación de la Cámara todavía entra en conflicto con procedimientos establecidos por la rama ejecutiva del Gobierno (...) y si se presenta al presidente, él vetará la legislación", afirmó no obstante Eriz Schultz, portavoz adjunto de la Casa Blanca, tras conocerse la decisión del tribunal.

Durante el debate de hoy previo a la votación, el senador por Dakota del Norte John Hoeven hizo una ferviente defensa del oleoducto, gracias al cual, dijo, Estados Unidos podrá "controlar su propio destino".

El legislador aseguró durante el fin de semana que su bancada sólo necesita de cuatro votos más para lograr los 67 votos necesarios para salvar el veto de Obama sobre un proyecto que, insistió, "es de interés crítico" para la nación.

La Casa Blanca se ha resistido al proyecto de Keystone XL argumentando que habría que esperar a la decisión de la Justicia en Nebraska y a un informe de revisión del proyecto, que incluye su impacto ambiental, encargado por el Departamento de Estado a varias agencias.

Sin embargo, el propio Departamento de Estado publicó a finales de enero del año pasado un informe medioambiental en el que consideró "improbable" que, de construirse, el Keystone XL pueda tener un impacto grave al medioambiente.

Tras el dictámen del supremo de Nebraska, sólo resta que el Gobierno emita su informe de impacto ambiental, cuyas fechas de publicación han sido pospuestas en varias ocasiones por la Administración, en lo que se vislumbra como una nueva batalla entre el ejecutivo y el legislativo.

Economistas y científicos, entre ellos algunos premios Nobel, han instado a Obama a que rechace el Keystone XL por considerarlo peligroso para el medioambiente.

Las arenas bituminosas son el crudo más denso y tóxico del planeta, para transportarlo se debe mezclar con sustancias tóxicas y calentarlo para diluirlo, y en el primer año de operación de los tramos ya construidos los conductos reventaron 33 veces, según la organización ecologista Sierra Club.

Por el polémico oleoducto se podrían canalizar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares de Estados Unidos, incluidas refinerías de Texas en el Golfo de México y un centro de distribución en Oklahoma.

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