El sistema gasista español está "protegido" ante una eventual crisis en Rusia

  • España recibe gas de once países diferentes, entre los que no figura Rusia, y cuenta con siete regasificadoras y seis conexiones internacionales, una estructura que protege la seguridad de suministro ante eventuales problemas con el gas procedente de Rusia por el conflicto en Ucrania.

Madrid, 15 mar.-España recibe gas de once países diferentes, entre los que no figura Rusia, y cuenta con siete regasificadoras y seis conexiones internacionales, una estructura que protege la seguridad de suministro ante eventuales problemas con el gas procedente de Rusia por el conflicto en Ucrania.

Según explican desde la patronal del gas Sedigas, la mitad del gas natural que llega a España, el 51 %, lo hace desde Argelia a través de dos vías: por gasoducto y en buques de forma licuada, el denominado GNL.

Por detrás de Argelia, está Francia, con un 12 %; los países del Golfo, con otro 12 %; Nigeria, con un 10 % o Trinidad & Tobago, con un 6 %.

El 46 % del gas que viene a España llega en forma licuada, es decir por buques metaneros.

Se trata, destacan desde Sedigas, de un elemento de flexibilidad adicional ya que este gas, enfriado a muy bajas temperaturas y convertido en forma líquida, se transporta en buque metanero y llega hasta las costas españolas desde cualquier lugar del mundo.

Además de esta diversidad en vías y procedencias, España cuenta por ley con unas reservas mínimas de gas natural equivalentes a veinte días de consumo para combatir posibles cortes de suministro.

Esta situación contrasta con Europa, que recibe el 86 % del gas por gasoducto y solo el 14 % en forma de GNL (licuada).

En cuanto al peso de Rusia como suministrador para Europa, continúa siendo el principal abastecedor externo, con una cuota de mercado de alrededor del 23 %.

Los principales destinos del gas ruso son Alemania, Turquía e Italia, países que, no obstante, están bastante diversificados.

Sin embargo, otros, como Estonia, Finlandia y Letonia, dependen en un 100 % del gas ruso.

Europa ya sufrió problemas de suministro de gas ruso en los años 2006 y 2009, pero desde entonces ha reforzado la seguridad a través de mayores almacenamientos subterráneos y más interconexiones, entre otros factores.

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