En 2022 según la OIT

El empleo mundial solo crecerá un 1% con un nuevo alza del trabajo informal

El informe refleja un aumento de la brecha de género en el trabajo, por la que las mujeres tienen una tasa de empleo 16 puntos inferior a los hombres, y si están ocupadas, perciben menos salario que sus compañeros.

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El Informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado este lunes refleja un crecimiento moderado del empleo en el último año, que se limita a un 1%, en doce meses marcados por los estragos de la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania. Además, la organización internacional advierte de que los desempleados a nivel mundial escalan hasta los 208 millones de parados por la escasa oferta de puestos de trabajo en las economías con rentas más altas. Este dato repercute directamente en las cifras de empleo informal, que representan el 58% del total y supone un total de 2.000 millones de trabajadores, según los datos a cierre de 2019. 

El organismo especializado de Naciones Unidas calcula que el total de horas trabajadas se mantendrá un 2% por debajo de los niveles prepandémicos, una vez realizado el ajuste poblacional, lo que se traduce en un déficit que equivale a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo para una semana laboral de 48 horas. Además, la recuperación del empleo es desigual entre las regiones del planeta. El crecimiento de los países con ingresos bajos y medianos es inferior a las economías más ricas, lo que en muchos casos coincide con el acceso a las vacunas y otras medidas para frenar la propagación de la pandemia, dado que estos países también contaban con sistemas de protección social más fuertes y empleos de mayor calidad. 

En este sentido, la OIT alerta de que la última crisis ha ensanchado las desigualdades que la covid-19 había acentuado. En especial, el documento hace referencia a las repercusiones que ha tenido para las mujeres jóvenes que son uno de los grupos poblacionales más afectados y que están experimentando una recuperación más lenta. El informe recoge un aumento de la brecha de género, por la que las mujeres tienen una tasa de empleo 16 puntos porcentuales inferior a la de los hombres. Y en el caso de tener trabajo, estas suelen percibir una remuneración inferior que sus compañeros por el mismo trabajo, al tiempo que enfrentan peores condiciones laborales con mayor frecuencia que ellos. Asimismo, la tasa de participación en el mercado laboral de las mujeres es de 47,4% mientras que para los hombres asciende hasta el 72,3%. 

La organización internacional también hace referencia al papel que han jugado en esta evolución las deficiencias y desigualdades estructurales previas para amplificar los efectos de las crisis. En concreto, la economía informal ha tenido un gran impacto al "socavar la eficacia de algunos instrumentos de actuación", según recogen, ya que las empresas informales no han podido acceder a líneas de crédito o al apoyo gubernamental. Por ello, las empresas más pequeñas han experimentado un mayor descenso del empleo y de las horas de trabajo que las más grandes. Estos movimientos también se han dado de manera desigual en el globo, lo que la OIT interpreta que produce efectos de incertidumbre e inestabilidad en cadena a largo plazo.  

En este contexto, el trabajo temporal ha operado como amortiguador, aunque la OIT advierte de las consecuencias negativas que esta tipología puede presentar a largo plazo sobre la productividad de las empresas, la formación y la innovación por la constante rotación de las personas en los puestos. Así como para los trabajadores al disparar su inseguridad laboral y de ingresos, con la desprotección social que esto conlleva.  No obstante, recuerda que la mayor parte del empleo temporal es estructural y se rige por la composición sectorial y profesional del mercado. Por otro lado, después de la pandemia se ha registrado un repunte del trabajo esporádico y por cuenta propia, llegando a representar el 50% del empleo en muchos países en desarollo. 

El director del departamento de investigaciones de la OIT y coordinador del informe, Richard Samans, ha apuntado a que las pérdidas de empleo ocasionadas durante la pandemia del coronavirus no se compensarán antes de 2025. Mientras, los trabajadores se verán obligados a aceptar empleos de menor calidad en 2023, como consecuencia de la desaceleración que se espera a nivel global. El informe 'Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: tendencias 2022' apunta a que cada vez más personas se verán obligadas a coger empleos "mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social". 

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