El empresariado de Venezuela, débil frente al Estado y el petróleo

Aunque aporta el 70% del Producto Interno Bruto, el sector privado venezolano es débil frente a un Estado que monopoliza la rica industria petrolera y que en la última década ha profundizado las políticas de corte socialista, según dirigentes empresariales y economistas.

Acusados por el gobierno de Nicolás Maduro de ser agentes de "desestabilización" a través de una "guerra económica", los empresarios privados venezolanos evitaron figurar en la convocatoria de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a una huelga general este viernes, aunque dieron libertad a sus trabajadores para acatarla.

La huelga, que fue seguida parcialmente, busca presionar para que se convoque a un referendo revocatorio del mandato del presidente.

"El 70% de la actividad económica es privada y genera 80% del empleo", refiere a la AFP Angel García, analista de la firma Econométrica.

Pero de poco le vale frente al poderío del Estado, que genera 96% de las divisas del país a través de la industria petrolera, indica el experto.

En Venezuela rige desde 2003 un sistema de control de cambios con tasas consideradas inferiores a las que estipularía el mercado y en el cual el Estado tiene la exclusividad en la asignación de divisas.

Actualmente, hay dos tipos de cambio oficial, uno a 10 bolívares por dólar, reservado a la importación de alimentos y medicinas, y otro a unos 650 bolívares por dólar. También funciona un mercado negro en el cual el dólar ronda los 1.400 bolívares.

"El establecimiento de un tipo de cambio tan bajo impide al sector privado exportar, lo que lo hace dependiente del Estado. Esto ha sido deliberado, ha sido el negocio de la clase política", sostiene García.

Con las mayores reservas de crudo del mundo, en Venezuela la explotación petrolera está reservada al Estado y en la industria solo intervienen parcialmente empresas privadas extranjeras, en asociación con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

"El sector privado venezolano está fuera de la industria petrolera, que es el mejor negocio que hay en Venezuela y en el mundo. Eso, y su exclusión de las exportaciones, hace que no haya un empresariado fuerte, ni tampoco sindicatos", explica García.

Lejos de ser un factor de poder, el empresariado venezolano depende del Estado para obtener las divisas que le permiten importar materia prima y maquinaria, y se desenvuelve en un ambiente de crisis económica que ha reducido drásticamente la demanda.

De los 12.700 establecimientos industriales con los que contaba Venezuela en 1998, año en que Hugo Chávez ganó por primera vez la presidencia, en la actualidad solo quedan 4.000, según el gremio patronal Fedecámaras.

La Confederación de Industrias estima que el sector está operando a 35% de su capacidad.

Carlos Larrazábal, vicepresidente de Fedecámaras, responsabiliza de esta caída a las políticas socialistas de Chávez (1999-2013), que ha continuado su heredero político Nicolás Maduro.

"En 2007 se decidió ir sustituyendo de manera acelerada las empresas privadas por públicas. Más de 1.500 establecimientos empresariales fueron tomados, así como más de 5.200.000 hectáreas de tierras productivas", asegura Larrazábal.

Empresas lácteas y de café, tierras agrícolas, supermercados, pero también bancos, compañías de comunicaciones e incluso un edificio en el que funcionaba casi un centenar de joyerías, fueron estatizados o expropiados.

Simultáneamente, con precios del petróleo que llegaron hasta los 100 dólares por barril en 2008, el gobierno venezolano expandió las importaciones.

"Se fomentó una dependencia de productos importados para tratar de controlar la inflación con una tasa de cambio subsidiada", asevera Larrazábal, quien refiere que el control de precios "también ha estrangulado la producción".

Sin embargo, el desplome de los precios del crudo, que este año cayó a cerca de 30 dólares por barril, redujo drásticamente las importaciones de Venezuela y agudizó la escasez de alimentos y medicinas.

"El sector empresarial está prácticamente paralizado en sus empresas. El PIB debe caer este año más de 10% o 12%. Sumado a las caídas de los dos últimos años estamos hablando de un 20% de acumulado, y sectores como el industrial quizás un 30%", indica Larrazábal.

"Hay muchas empresas que están paradas por falta de materia prima, repuestos, insumos, y eso lo nota el consumidor", resumió.

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