La situación económica personal y familiar influye de forma directa en nuestro estado de salud. Cuando aparecen problemas económicos se puede llegar a sufrir lo que se conoce como estrés financiero, que se presenta como ansiedad o sensación de indefensión o pesimismo. Dado el caso de que no se le ponga remedio, puede acabar afectando a la salud física y mental, motivo por el cual es importante saber cómo prevenirlo.
De esta manera, podemos definir al estrés financiero como esa sensación de angustia o presión que viene provocada por una situación económica. Habitualmente aparece cuando el contexto financiero de una persona está lleno de incertidumbre, poniendo en riesgo la vivienda, la manutención de los hijos, etcétera. No obstante, aunque acostumbra a afectar principalmente a quienes pasan por problemas económicos, también puede aparecer por una excesiva preocupación por el dinero.
Esto se debe a que hay quienes llegan a obsesionarse con sus finanzas, hasta el punto de llegar a desarrollar ciertas patologías en las que conviven con una angustia constante por llegar a sufrir problemas económicos, mientras que hay otros que tienen comportamientos compulsivos con el ahorro, lo que les genera ansiedad.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dos de cada tres personas sufren estrés financiero debido al pago de facturas, gastos familiares o la jubilación. Los factores de riesgo que pueden provocarla vienen dados por el haber vivido alguna crisis financiera, por la pérdida de empleo, cuando existe un descontrol de los gastos o cuando los gastos fijos de la vivienda se encuentran por encima del 40%.
Cómo te afecta el estrés financiero
Cada persona puede presentar los síntomas del estrés financiero de una u otra manera, pero es habitual que se padezcan problemas para conciliar el sueño o insomnio, en gran parte porque se pasan horas y horas dándole vueltas a las preocupaciones relacionadas con el dinero, lo que les impide dormir. Además, también puede afectar a la calidad del sueño, despertándose varias veces durante la noche y desarrollando un sueño más ligero.
Por otro lado, es común sufrir de ansiedad al sentirse estresado o vulnerable ante las situaciones que provocan los problemas financieros; y pueden llegar a sufrirse distintos dolores físicos como cefaleas, tensión arterial alta o problemas gastrointestinales, con algunos casos en los que incluso se llegan a padecer problemas cardíacos.
De igual manera, otros síntomas son la irritabilidad, la constante tristeza y apatía, tener constantemente la sensación de tener problemas económicos y la inestabilidad emocional, con algunas personas que tienden a vivir con el pesimismo. De hecho, un dato a tener en cuenta es que, para el 43% de los españoles, los problemas económicos y la crisis financiera son su primera preocupación en la vida.
Para evitar sus efectos conviene realizar ejercicio físico, dormir lo suficiente, poner en práctica técnicas de relajación, compartir las reflexiones con amigos o familiares, y tratar de poner en funcionamiento medidas destinadas a la mejora de la situación económica, para lo cual puede ser clave buscar un asesor financiero.
