"Bienvenidos a este pequeño trozo de Rusia en medio de Madrid". Esta fue la primera frase que pronunció el pasado jueves por la mañana el embajador de Rusia en España, Yuri Korchagin. En un amplio salón de la embajada -cuyo techo parecía inalcanzable para la vista y que parecía estar sujeto por la impresionante lampara de perlas que pendía- citó a varios periodistas para explicar la postura oficial de Rusia en el conflicto contra Ucrania. Aunque centró gran parte de su intervención en desmentir que hubiera tropas desplegadas en la frontera y echar balones fuera ante la avalancha de cuestiones que lanzaban los periodistas, Korgachin -a través de unos documentos que entregó- quiso mandar un recado a España: la última vez que participó de forma activa en la guerra (Crimea 2014), perdió al año siguiente 785 millones de euros y 60.000 puestos de trabajo.
Los tambores de guerra siguen sonando. De lejos, pero siguen sonando. Hace unos días, EEUU envió hasta 3.000 soldados a Europa. Una acción que sigue siendo contestada por Rusia, con el despliegue de sus tropas por la frontera. Los dos principales actores del conflicto -Joe Biden y Vladimir Putin- mantienen actitudes totalmente distintas en plena escalada. Mientras que el primero derrocha tensión en cada aparición pública -con insultos a periodistas y amenaza de sanciones-, el segundo parece estar disfrutando del momento, como así se pudo observar hace unos días cuando recibió con una bebida espumosa al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Por otro lado, España, en su intento de agradar a EEUU, lidera el envío de fragatas y avisó a Rusia con "sanciones gravísimas" si invadía Ucrania.
Este año se cumple el 45 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre España y Rusia, tras la caída de la Unión Soviética. Pero, pese a la cifra tan marcada, las relaciones entre ambos países no atraviesan su mejor momento. Algo que el embajador ruso en España lamenta porque durante siglos, desde que el Zar Pedro I levantó la primera embajada en el país, las relaciones han sido "mutuamente ventajosas".
Así, tras el papel activo que ha llevado a cabo España durante esta primera fase del conflicto, desde la Embajada recuerdan a España lo que supuso económicamente para nuestro país la última guerra. Según aseguran y basándose en datos del ICEX, las importaciones de Rusia procedentes de España cayeron en 2015 en 785,3 millones de euros. Una realidad que parece volverse más aguda cuando lo comparan con el año 2012, "las exportaciones de España a Rusia marcaron su máximo, siendo el tercer proveedor de fruta -335 millones- y sexto de carne -268,7 millones- y verduras, con 133,7 millones". Además, y sosteniéndose en el mismo informe, desde la Embajada afirman que España "difícilmente" podrá recuperar dicha cuota en una hipotética reapertura del mercado de importaciones alimentarias.
Esta advertencia la adjuntan con declaraciones de organizaciones agrícolas, como Unió de Llauradors (la organización profesional agraria mayoritaria en el campo valenciano), que cifró en 1.650 millones la pérdida en envíos agroalimentarios hasta finales de 2021. "Yo espero que nuestra relación económica y comercial no la veamos afectada", respondió el embajador ante una pregunta de este periódico, que prosiguió, "tenemos mucha inversión española que está trabajando en el sector de la automotriz, en el de la construcción y en el del transporte. Nosotros siempre hemos tenido mucho interés de conocer y aprovechar la experiencia española en muchos segmentos de la industria. España es el país líder mundial de compañías que trabajan en las infraestructuras y algunas empresas han tenido unos contratos muy atractivos para la renovación de las plantas de hidrocarburos en Rusia".
Sin embargo, Korgachin confía en que las relaciones comerciales y empresariales se mantengan, "hace un año tuvimos la décima reunión intergubernamental mixta entre Rusia y España, que ayudó a revisar y promover el comercio de las relaciones bilaterales y donde quedó claro que había un interés mutuo en seguir avanzando en nuestras relaciones. Ahora, se está esperando la siguiente, que seguramente será en Moscú". Por último, el embajador remarcó la importancia de no entrar en un conflicto porque "detrás de las cifras hay un negocio de un tal Pérez o un tal Ivanov".
También advierte a Europa
Entre los documentos que la Embajada de Rusia entregó se pueden apreciar las declaraciones del primer viceministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alekséi Lijachev, que estimó pérdidas para la Unión Europea de "40.000 millones en 2014 y 50.000 millones de euros en 2015". Pero esta no es la única cita que adjuntan, "en 2017, el relator de la ONU, Idriss Jazzairy, aseguró que el impacto de las sanciones no recae exclusivamente en Rusia, sino también en los países que las han distado, con un coste de 3.200 millones de dólares mensuales, que sufre principalmente la Unión Europea".
Además, según los informes facilitados, "los países de Europa perdieron casi 400.000 puestos de trabajo en 2016 y España, en concreto, perdió 60.000 (en 2015) y 15.000 (en 2016)". Por último, y según datos del Instituto de Estudios Económicos de Munich (IFO), "las sanciones de la UE contra Rusia cuestan para la economía de la Unión unos 21.000 millones de euros y para Alemania 5.400 millones".
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