Ganar el bote del Euromillones es algo con lo que seguramente hayamos soñado la mayoría (por no decir todos). Lo primero que se nos viene a la cabeza es 'qué haría con tanto dinero' y pensar en lo felices que seríamos con tantos ceros en nuestra cuenta. Sin embargo, como aquel que dice, el dinero no da (siempre) la felicidad. Sino, que le pregunten a Gillian Bayford, una escocesa de 43 años que tras ganar el bote del Euromillones vivió una auténtica pesadilla.
Fue hace ya años cuando ella, junto al que entonces era su marido, Adrian, se hicieron la con la friolera de 187 millones de euros tras tener la combinación ganadora.
La familia de Gillian había pasado años endeudados tras varios negocios fallidos. Vivían en una caravana, estaban prácticamente en la bancarrota, por lo que el Euromillones les llegó como un auténtico milagro. Gillian prestó a sus padres y a su hermano, alrededor de 25 millones de euros.
El problema llegó cuando tras gastarse todo ese dinero, volvieron a por más. "Se pusieron en contacto conmigo para podarle darles más. Habían comprado casas, coches, pero siempre querían más", explicó Gillian a Daily Record.
La ganadora del Euromillones se acabó negando y perdió el contacto con su familia, quien vive en un departamento valorado en 300.000 euros afincado en una zona exclusiva y conducen un Audi S8. "Es molesto y crudo, se supone que el dinero nos haría felices a todos. Pero ha hecho que mi familia sea exigente y codiciosa.", dijo Gillian. Mientras, su hermano, Colin, de 41 años, compró una casa de cinco habitaciones por otros 300.000 euros y tiene dos Audis.
Para más inri, también perdió la relación su marido Adrian. Se acabaron divorciando y el volvió rehízo su vida con una mujer 17 años menor que él.
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