Madrid, 2 ene.- Garoña, cuyo plan de desmantelamiento acaba de recibir Industria, sigue trabajando con la vista puesta en 2013 -el año de cierre que fijó el anterior Gobierno-, pese a las últimas palabras del ministro José Manuel Soria, que ha afirmado hoy que se plantea "revocar" esa orden de cierre.
El plan preliminar de desmantelamiento de la planta nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) fue entregado a finales de diciembre por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) al Ministerio de Industria, tal como establece la normativa vigente, han explicado a Efe fuentes de ese departamento y de la empresa pública.
El titular de Industria, Energía y Turismo ha subrayado hoy en Las Palmas de Gran Canaria que tiene la "voluntad y la intención de revocar" la orden ministerial por la que se anticipaba el cierre de la central a 2013.
La modificará de acuerdo con el Consejo de Seguridad Nuclear -máximo organismo regulador en materia nuclear del país-, que "debe determinar si está en las condiciones para continuar o no", ha añadido Soria.
En declaraciones a Efe, Elías Fernández, portavoz de Nuclenor, la empresa propietaria de Garoña, ha señalado que las palabras de Soria no representan una novedad, ya que este se sigue remitiendo a lo que determine el CSN.
Por tanto, la planta cumple "taxativamente" con la orden de clausura para 2013.
Revertir la orden, emitida por la cartera del anterior ministro Miguel Sebastián, "no debe de ser complicado", aunque no sea una cuestión "habitual", ha añadido el portavoz de Nuclenor, participada en un 50% por Endesa e Iberdrola.
La nueva orden que surja habrá de incorporar una prórroga de la autorización para seguir operando aunque, en primer lugar, el Ministerio de Industria debe pedir al CSN que le informe de cuál es la actual situación o estado de Garoña.
El reactor, que se conectó a la red en 1971 y tiene una potencia de 460 megawatios, es el más antiguo de los hoy en funcionamiento en el país.
En 2009, el Gobierno socialista prorrogó el permiso por cuatro años y marcó el cese definitivo de su explotación el 6 de julio de 2013, aunque un informe del CSN le autorizaba a funcionar hasta 2019.
La planta genera un millar de empleos directos e indirectos -con "picos" de hasta 1.500 con las recargas de combustible- y aporta entre un 5 y un 6% del caso 20% de la energía producida por la fuente nuclear, según el portavoz de Nuclenor.
El pasado día 29, los cinco grandes grupos ecologistas -Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF-, advirtieron a Soria de lo que consideran "deficiencias" de Garoña.
Aseguran que la central tiene problemas de refrigeración, agrietamiento en el circuito primario y que no resistiría un terremoto como el de Lorca (Murcia) ni el impacto de un pequeño avión comercial, como señaló hace unas semanas Greenpeace.
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