"El diálogo social cuenta. Y cuando es interrumpido por violencia, por protestas que adquieren formas inaceptables, vemos las consecuencias que puede tener para la imagen, el atractivo" del país, dijo el jefe de Estado en El Havre (noroeste de Francia).
El lunes, el anuncio de Air France de una nueva reestructuración que amenaza con suprimir unos 2.900 empleos desató la ira de los asalariados, que interrumpieron un Comité de Empresa y agredieron a directivos de la firma.
El primer ministro Manuel Valls se trasladará el martes a la sede de la compañía para reunirse con miembros de la dirección de Air France, compañía de la que el Estado francés posee el 17,6% del capital.
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