Hay quien ya utiliza la inteligencia artificial (IA) como como un recurso más, sustituyendo o complementando las labores de sus empleados. De hecho, los algoritmos ya están participando activamente en la negociación colectiva de convenios e, incluso, han entrado de lleno en la Bolsa, en cuestiones tan fundamentales como la ciberseguridad, las predicciones, la gestión o la administración. Ahora, la inteligencia artificial empieza a considerarse para auditar a las propias empresas. Un salto cualitativo y cuantitativo que, por ejemplo, podría ahorrarle al Ibex hasta 285 millones de euros.
Roberto Rovere, auditor jefe de BPER Banca, explica en una entrevista publicada por McKinsey que la IA ya se ha convertido en una herramienta indispensable para poder "proporcionar transparencia a la junta directiva, información al negocio y a la empresa, y una propuesta atractiva para nuestro talento en auditoría". Idealmente, la IA debería poder ofrecer en el futuro una "visión independiente, oportuna y completa del entorno controlado". Es decir, ser tanto o más fiable que un auditor humano. "Esto es lo que esperan los stakeholders", remata.
Para dimensionar el impacto que tendría una IA capaz de auditar a empresas, podemos tomar como referencia al Ibex 35. Las compañías presentes en el índice bursátil español gastaron un total de 284,53 millones de euros en 2021 en la auditoría de sus cuentas, tal y como se extrae de sus informes anuales consolidados. Una cantidad que, de entrar la inteligencia artificial en juego, podría caer en picado. Pero, ¿por completo? ¿Podría llegar la IA a auditar de forma autónoma a cualquier empresa?
La transformación de las auditorías gracias a la IA
Para Rovere, las empresas se enfrentan riesgos emergentes que se están volviendo cada vez más significativos, especialmente en la era pospandémica. Estos aspectos, que incluyen la digitalización, la innovación, la competencia en el mercado y factores como la gobernanza ambiental, social y empresarial (ESG, por sus siglas en inglés), "requieren un enfoque completamente nuevo y, por lo tanto, un cambio de mentalidad en nuestra forma de abordarlos". Por eso, reconoce que BPER Banca está en medio de una transformación de la función de auditoría, centrada en cuatro pilares:
- Promover una evaluación de riesgos dinámica utilizando análisis predictivos.
- Construir un diálogo sólido con el negocio a través de una ejecución de auditoría basada en riesgos y datos.
- Mejorar el proceso de seguimiento y elaboración de informes.
- Adoptar un enfoque de auditoría dinámica y continuo.
En este sentido, Rovere considera que la IA y el análisis de datos son los habilitadores más potentes para impulsar su visión, porque han beneficiado ampliamente a la función de auditoría en cuatro áreas clave: evaluación de riesgos, planificación de auditoría dinámica, ejecución de auditoría impulsada por riesgos e informes. Una visión que nos presenta es la de una auditoría más predictiva, respaldada por la inteligencia artificial.
"Los resultados son alentadores y nos están impulsando a desafiarnos aún más para continuar en el camino de obtener resultados positivos", concluyó.
En resumen, la inteligencia artificial parece estar destinada a desempeñar un papel cada vez más influyente en el mundo de la auditoría empresarial. A medida que las empresas y sus auditores internos buscan adaptarse a un entorno de riesgos en constante cambio, la IA y el análisis de datos están demostrando ser herramientas fundamentales para garantizar no solo la eficiencia sino también la eficacia en un entorno cada vez más complejo y en constante evolución.
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