IRPF

¿Cuál debe ser la retención en la nómina para evitar un susto en la Renta?

El porcentaje que se retiene cada mes responde a una serie de factores personales y profesionales, pero el trabajador puede solicitar que se incremente el porcentaje para evitar un mayor pago en la declaración.

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Lukasz Radziejewski de Pexels.

La Campaña de la Renta 2019 está llegando a su fin. Desde el pasado 1 de abril los contribuyentes han podido presentar su declaración y quienes no lo hayan hecho todavía deben apurarse porque el plazo finaliza el próximo 30 de junio. Presentar la declaración no siempre es un trámite agradable, sobre todo cuando el resultado sale a pagar. Pese a que cerca del 70% de las declaraciones salen a devolver, el resto de contribuyentes deberán abonar a la Agencia Tributaria los pagos del IRPF que correspondan según sus ingresos. 

Entre a los que les sale a ingresar, la mayoría opta por empezar a pagar al final de campaña. Con ese resultado se busca sacar el máximo rendimiento a las ventajas fiscales para reducir el importe. Sin embargo, es importante saber que existe otra opción para evitar tener que pagar una importante cantidad de dinero a Hacienda cada vez que se presenta la declaración de la renta: modificar las retenciones que se aplican en la nómina

El porcentaje del salario que se retiene a causa del IRPF depende de varias circunstancias personales y profesionales. En concreto, el porcentaje es el resultado de un alogoritmo en el que influyen la situación familiar, la situación laboral y su retribución, entre otros muchos factores. De esta manera, cada mes el pagador detrae una cantidad de determinadas rentas del contribuyente para ingresarlas en la Administración Pública como anticipo.

Sin embargo, este porcentaje retenido es una estimación, una previsión que realiza Hacienda sobre los impuestos que deberá pagar el contribuyente en la declaración de la renta, pero no siempre coincide con ella. Esta situación se puede producir, por ejemplo, cuando un trabajador tiene más de un pagador o si no se tienen en cuenta todas las características personales. En caso de que la estimación no sea correcta, el ajuste se realizará en la declaración de la renta. Cuando esta sale 'a devolver' no implica que la administración está pagando a ciertas personas, sino que durante el año les ha retenido más dinero que el que correspondía o, por el contrario, si sale 'a ingresar', les ha retenido menos del que debería.

Por ello, si el contribuyente quiere evitar sustos a la hora de realizar la declaración puede optar por aumentar el porcentaje de retención, de manera que cada mes se pagará un poco más, adelantando el pago a Hacienda que de la otra manera se realizaría de una sola vez. En ese sentido hay que tener en cuenta que este cambio no implica pagar menos impuestos, se pagará lo mismo pero de esta forma se distribuye el importe mes a mes.

Excepciones para aplicar la retención

Para realizar este cambio hay que hablar con la empresa, que es la responsable de aplicar las retenciones del IRPF en nuestro nombre, al igual que ocurre con las cuotas a la Seguridad Social.  Esta retención en la nómina es obligatoria, salvo que la cuantía anual no supere la cuantía que establece la normativa según las circunstancias personales. Los límites para no aplicar retención son los siguientes:

  • Si el contribuyente es soltero, viudo, divorciado o separado legalmente no podrá superar los 15.947 euros anuales o los 17.100, según si tiene un hijo o dos o más, respectivamente. 
  • Si el contribuyente tiene un cónyuge con rentas inferiores a 1.500 euros anuales, excluidas las exentas, el límite para aplicar la retención es 15.456 euros anuales si no tiene hijos, 16.481, si tiene un hijo, o 17.634, si tiene dos o más. 
  • En cualquier otra situación si el contribuyente no supera los 14.000 euros anuales, si no tiene hijos, 14.516, si tiene uno, o los 15.093, si tiene dos o más, no se le aplicará retención.

¿Cómo se calcula el IRPF?

Como hemos destacado antes, incrementar el porcentaje de retención del IRPF no implica pagar menos impuestos, sino que se adelanta poco a poco el pago y al hacer el ajuste en la declaración de la Renta el resultado saldrá más equilibrado evitando sustos con grandes cantidades a pagar. La declaración sirve precisamente para ajustar los ingresos que el contribuyente que haya obtenido a lo largo del año con la tributación del IRPF que le corresponde por ello. 

El IRPF es un impuesto personal y directo, es decir, grava los ingresos de una persona concreta de acuerdo a su naturaleza y sus circunstancias personales y familiares. En concreto, el objeto de este impuesto es la renta del contribuyente, la totalidad de sus rendimientos, ganancias y pérdidas patrimoniales.

Al tratarse de un impuesto progresivo, cuanto mayores son los ingresos mayor porcentaje habrá que pagar.La normativa establece cinco tramos según la base imponible de cada contribuyente, que se obtiene a partir de los ingresos menos las reducciones y deducciones, para aplicar un tipo de gravamen diferente. El primer tramo es hasta 12.450 euros y se tributa un 19%. El siguiente tramo es hasta los 20.200 euros. Por ese dinero pagaremos un 24%. La tercera escala es hasta 35.200 euros, tributando un 30%. Hay un cuarto tramo hasta 60.000 euros, que se tributa al 37% y, finalmente, un tramo que va de los 60.000 euros hasta el infinito por el que se tributa al 45%.

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