Juan Torres, ex asesor económico de Podemos, asegura que fue un error no investir a Sánchez

  • Juan Torres López, antiguo asesor económico de Podemos, presenta su nuevo libro: 'Economía para no dejarse engañar por economistas' (Deusto).

    El ex asesor de Podemos desvela que "después de los palos que me dieron al defender el programa de Podemos, nadie me llamó". Y hasta hoy.

Juan Torres (derecha) junto a Pablo Iglesias (izquierda) el día de la presentación del programa económico.
Juan Torres (derecha) junto a Pablo Iglesias (izquierda) el día de la presentación del programa económico.
Luis Díaz
Luis Díaz

Desde 2008, tras el estallido de la crisis económica, los platós de televisión se llenaron de economistas tratando de explicar la debacle que habían provocado las mismas políticas económicas que defendían. Algo similar a lo que hacen ahora los politólogos que intentan explicar la victoria de Donald Trump. Aunque asegurasen a pies juntillas que era imposible que tal disparate ocurriese.

Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla, ha publicado recientemente 'Economía para no dejarse engañar por los economistas' (Deusto). Torres es conocido por haber sido el asesor económico de Podemos, ya que junto a Vicenç Navarro elaboró el primer programa económico del partido morado. Aunque recalca que siempre trabajó de manera "independiente". Una independencia que le permite confesar que la negativa de Podemos a un Gobierno entre PSOE y Ciudadanos fue un error perjudicial que dañará a muchas familias.

Asegura que su relación con el partido de Pablo Iglesias se enfrió tras ese momento, en el que todavía estaban muy recientes las elecciones europeas, aquellas en las que irrumpieron con tanta fuerza. "Después de todos los palos que recibimos por las propuestas no hubo ninguna llamada telefónica de apoyo por parte de Podemos". Tampoco comprende que en el último programa de Podemos se use la política fiscal  como "palanca" económica para activar la economía, mostrándose más partidario a aplicar políticas destinadas a revitalizar los salarios.50 preguntas y sus respuestas sobre los problemas económicos actuales

En su libro desgrana varios de los dogmas de la economía imperante porque para Torres todas las preguntas en la economía se pueden responder con un "depende". Plantea desde qué es el capitalismo hasta si están en peligro las pensiones públicas, pasando por las políticas monetarias o cómo se elaboran los Presupuestos.

Sobre Europa, asegura a lainformacion.com que continuar manteniendo ese 3% como tope para el déficit público -aunque países como España lo rebasen año tras año- "es uno de los fraudes intelectuales más grandes de la historia". Por dos motivos: que la medida se instauró en 1990, cuando la deuda europea era del 60% del PIB, mientras que ahora ronda el 90%. Y porque se está aplicando el mismo criterio "a países con condiciones diferentes y en fases distintas del ciclo" económico. 

Una de las críticas más reiteradas en el libro es hacia el libre comercio. Una entelequia para Torres, ya que los mercados de competencia perfecta, necesarios para que la economía funcione, no existen en la realidad. Datos como que "una sola empresa controla el 75 por ciento del mercado de diamantes" o que "En España, una sola empresa controla la tercera parte de los pollos que se consumen" sirven para clarificar la tendencia hacia la concentración de la que es partidaria el libre mercado.

La victoria de Trump y su proteccionismo han sido juzgadas por los economistas de medio mundo, ya que la paralización de los acuerdos comerciales como el TTIP o el TPP podrían ser un frenazo para el libre mercado. "Hay muchas razones para poner en duda la creencia generalizada en las ventajas del librecambio", afirma Torres. 

¿Qué capacidad tienen los grupos de presión -sindicatos, estudiantes...- que no cuentan con el beneplácito de las élites?

Estamos hablando permanentemente de economía de mercado y, como explico en el libro, es como si se habla de tomar drogas, dígame usted qué drogas. Con una aspirina no tiene problemas pero con una dosis de heroína sí. Algunos no son mercados, ya que algunos operadores pueden establecer unas condiciones muy draconianas.

¿Cómo solucionar esas situaciones?

Se podrían crear condiciones de negociación más o menos simétricas por parte de los proveedores y permitir que hubiera una organización y que pudieran negociar en conjunto. No uno a uno. La solución es crear organizaciones de productores para evitar que quien tiene un poder de mercado muy fuerte lo utilice en contra de la sociedad.

¿Tiende el libre mercado hacia el monopolio?

La historia no ha enseñado que hay una tendencia creciente hacia la concentración de los capitales. Porque las empresas ahorran, porque así controlan más el mercado. Hablar del mercado en general no tiene mucho sentido. Hay que conocer que normas lo regulan y que se puede hacer y que no se puede hacer en los mercados. Hoy día el problema es que cuando se llega a tener un control tan grande del mercado, no se controla sólo el mercado. Se controla la política, los medios de comunicación... Y de esa manera se crea una sociedad que pierde el control de sí misma.

¿Cuál es la causa del aumento de la indignación entre la ciudadanía?

Es el resultado de una correlación de fuerzas. Durante muchos años las clases trabajadoras, organizadas en sindicatos, podían negociar con éxito y con fuerza ante las grandes empresas. Y lo que ha ido pasando es que en estos últimos años se ha combatido a los sindicatos. Lo dijo Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, "lo que hay que hacer es atemorizar a las clases trabajadoras". Con ese temor lo que se produce es una pérdida de fuerza y se genera una capacidad de negociación muy asimétrica.

Aunque Estados Unidos reaccionó antes que la Unión Europea a la crisis, en ambos lados se ha producido la llegada de los populismos. 

Hemos vivido unos años de exageración. Unas políticas que han traído consigo una concentración muy fuerte de las rentas y un malestar creciente. Sectores cada vez más grandes de la sociedad que, supuestamente, iban a resultar beneficiados de estas políticas descubren que el discurso no corresponde con lo que luego ha sucedido. Y eso produce un rechazo frontal, que es el que estamos viendo en todo el mundo. Después de las políticas de austeridad de los años 20 vino el nazismo y la segunda guerra mundial. El riesgo que corremos es que ocurra lo mismo.

Menciona en su libro que "hay muchas razones para poner en duda el libre comercio".

En primer lugar, el libre comercio ha sido un mito. No se ha dado en las grandes potencias. Cualquier economía que haya tenido un mínimo de progreso y de avance económico lo ha hecho a base de protegerse. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón son las grandes potencias proteccionistas.

En segundo lugar, la teoría económica lo que dice es que el libre comercio puede traer más ventajas que el proteccionismo siempre que se den una serie de circunstancias. Pero esas circunstancias, que exista un mercado de competencia perfecta, que cuando alguien pierda un trabajo encuentre otro... Son circunstancias materialmente imposibles. La historia nos demuestra que las grandes economías se han protegido. Ahora esas economías exigen a las demás que se abran en unas condiciones de asimetría muy grandes. 

Si el proteccionismo no es tan dañino, ¿qué ocurrirá con la llegada de Donald Trump?

Lo que creo que va a pasar con Trump es que el déficit publico se va a disparar, que es lo que ocurre siempre que gobiernan los ultraliberales. Siempre ha ocurrido igual, por eso a estas corrientes liberales se les llama el keynesianismo reaccionario. No renuncian al gasto público porque el gasto público enriquece a las grandes empresas.

¿Es necesario que la Unión Europea obligue a cumplir con el objetivo de déficit del 3%?

Eso es uno de los fraudes intelectuales más grandes de la historia. No hay ninguna razón científica ni económica que indique que ese es el porcentaje que conviene. Es una expresión de fundamentalismo político. Que los gastos y los ingresos se deben gobernar adecuadamente no lo duda nadie, pero hay que hacerlo con indicadores y con criterios adecuados. No cualquier tipo de criterios como éste, que es una fórmula claramente absurda. Se aplica lo mismo en épocas de crecimiento que de recesión. Es un contrasentido impropio de personas inteligentes.

En cuanto a España, ¿vale con que crezca el PIB para que una economía funcione?Según lo que se entienda por 'funcionamiento' de la economía. El crecimiento del PIB solo implica que aumenta la actividad monetaria pero ni eso es suficiente para que haya satisfacción de las necesidades ni así se garantiza que no vayan a producirse todos tipo de problemas adicionales.¿Son insostenibles las pensiones?Si sigue bajando la masa salarial en el conjunto de la renta nacional y si no se produce un incremento de la actividad y/o de la productividad seguro que sí.¿Es el momento de subir salarios aunque los empresarios se muestren reacios?Creo que es el momento de dinamizar la demanda interna y de incentivar cambios en la oferta productiva que procuren un cambio de modelo. Sólo subir los salarios sin que se generen condiciones de entorno apropiadas es problemático. Pero si se deja que los salarios sigan bajando la economía entrará en una dinámica de empobrecimiento generalizado y de parálisis progresiva."Aprender a no dejarse engañar por los economistas"

"El estudio de la economía no tiene por objeto la adquisición de un conjunto de recetas preparadas para los problemas económicos, sino aprender a no dejarse engañar por los economistas". Con esta frase de Joan Robinson, discípula de John Maynard Keynes, arranca el libro. Y es a Keynes a quién recomienda leer Juan Torres, por ser el primer economista que demostró que se puede ser ortodoxo sin ser dogmático.

Mostrar comentarios