Finanzas personales

Cómo administrar y optimizar las finanzas durante la jubilación

La jubilación es un momento muy esperado por muchas personas, ya que supone el fin de la etapa laboral activa para dar comienzo a una nueva en la que es posible disfrutar de una mayor tranquilidad. Sin embargo, para conseguirlo es imprescindible la educación financiera y saber cómo administrar y optimizar las finanzas para no caer en situaciones económicamente complicadas.

Foto de archivo - jubilados
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Una vez jubilados, la vida cambia notablemente en diferentes aspectos, y uno de ellos tiene que ver con los ingresos y los gastos. Mientras que los primeros se reducen en torno a un 25%, en el caso de los segundos no tienen por qué reducirse, ya que puede que algunos de esos gastos se sustituyan por otros. Por este motivo, no queda otra alternativa que adaptarse a esa nueva realidad económica.

Cómo administrar las finanzas en la jubilación

Una vez alcanzada la jubilación es necesario apostar por el ahorro desde un punto de vista conservador, puesto que una vez llegada esta etapa, no hay un horizonte temporal amplio para poder recuperarse de una mala decisión de inversión. Asimismo, no hay que olvidar la necesidad de que exista una adecuada planificación financiera, ya que si bien, no es habitual que en esta etapa se afronten grandes inversiones como la compra de una vivienda o la puesta en marcha de una empresa, sí que puede darse el caso de que haya que hacer importantes desembolsos económicos en cuidados médicos o incluso en la ayuda a un hijo o familiar.

Por ello, siempre debe existir un planteamiento enfocado al ahorro, sobre todo en un contexto actual en el que ha aumentado la esperanza de vida. Esto implica que se van a vivir más años como jubilado, por lo que habrá que estimar ingresos y gastos y evaluar si el ritmo de descapitalización, si lo hubiese, es razonable o, por el contrario, será necesario reducir o eliminar gastos prescindibles para garantizar la inexistencia de problemas económicos futuros. En esta etapa hay que mantener los ojos puestos sobre la inflación, que es la que provoca que el dinero tenga cada vez menos valor.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la mejor forma de hacer una buena gestión de las finanzas y optimizarlas pasa por tener suficiente criterio a la hora de valorar los ingresos y los gastos. Una estrategia recomendada pasa por incluir pequeños porcentajes de dinero en activos de riesgo, siempre con aquella parte del ahorro que no se va a necesitar a corto plazo y con la que se tratará de buscar la poca o nula rentabilidad que ofrecerían los activos más conservadores. Así pues, nos podríamos encontrar con una cartera de distribución de activos en la jubilación como la siguiente:

  • El ahorro que se va a necesitar en los siguientes tres años, será necesario disponerlo en liquidez y sin asumir ningún tipo de riesgo con este porcentaje.
  • El ahorro que será necesario a medio plazo (en 3 a 5 años) es preferible invertir en una renta fija de carácter conservador o bien en fondos mixtos, con un mínimo porcentaje de renta variable.
  • Aquellos ahorros que no se vayan a necesitar antes de cinco años se puede invertir en fondos mixtos, con un mayor componente de renta variable.

Para conseguir este objetivo es preferible la apuesta por planes o fondos perfilados, en los que el jubilado solo tenga que elegir el perfil de riesgo que mejor se adecúe a sus preferencias y características, siendo los gestores los encargados de gestionar los activos de acuerdo a la situación del mercado en cada momento.

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