Abu Dabi, 10 abr.- El sector del transporte aéreo necesita el respaldo de los gobiernos para resolver algunas de sus deficiencias estructurales, ha advertido hoy el consejero delegado del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), David Scowsill.
El transporte aéreo aún se enfrenta a las limitaciones del Convenio de Chicago de 1944 y el régimen de propiedad de las aerolíneas, que dificultan la consolidación del sector, y "alianzas, joint-venture, código compartido o acuerdo de reparto de ingresos" son fruto de las restricciones gubernamentales, ha explicado en la decimotercera cumbre del WTTC, que ha concluido hoy en Abu Dabi.
Asimismo, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) necesita apoyo para encontrar una solución global a los regímenes de comercio de emisiones, "antes de que una nueva guerra comercial estalle entre Europa y el resto del mundo", ha advertido.
Por ello, el WTTC seguirá presionando para lograr cambios en la desregulación de la aviación, ya que esto significará, junto a la mejora de los procesos de visado, la libertad para viajar, una cuestión prioritaria en la agenda del consejo por las oportunidades económicas que generará.
El sector aéreo es también uno de los más castigados por impuestos como la tasa de pasajeros (PMC) que acaba de introducir Australia para viajes internacionales y que es la más alta en el mundo desarrollado en vuelos de corto radio, al alcanzar 57,50 dólares.
Para los de larga distancia, la más alta es la APD (air passanger duty) inglesa, que asciende a 142,70 dólares.
Y todo esto ocurre en un escenario en el que el mapa del transporte aéreo mundial se está rediseñando y los mercados tradicionales dan paso a los emergentes, obligando a la industria aérea a adaptarse a las nuevas condiciones, según el presidente y consejero delegado de Etihad Airways, James Hogan.
Es improbable que las aerolíneas históricas progresen, a menos que cambien radicalmente la manera de hacer su negocio, ha añadido.
A la inestabilidad económica y la incertidumbre que rodea los precios del combustible, se suma el rápido crecimiento del transporte aéreo en mercados como India, África y Oriente Medio, que obliga a las compañías a reorganizar sus redes para dar cabida a cambios en los flujos de tráfico.
Para participar en el nuevo mundo del transporte aéreo, la próxima generación de aerolíneas necesitará "una visión y voluntad de ser diferentes" para reducir costes, mejorar la productividad y encontrar formas asequibles de acceder a nuevos mercados, ha apuntado Hogan.
El sector hotelero también se ve afectado por la transformación del mundo y, según Scowsill, está cambiando el enfoque de construcción de los establecimientos, para satisfacer a la nueva demanda proveniente de Asia.
A ello se une el cambio en la distribución, con clientes que acceden a los productos a través de diferentes canales -directamente al hotel, online o redes sociales-, cuestión que afecta, asimismo, a los aeropuertos, cruceros, ferrocarriles, comercio, touroperadores y empresas de gestión de viajes.
Finalmente, Scowsill ha hecho referencia al brutal crecimiento de la industria turística en la próxima década, que, según el WTTC, en 2023 generará 10,5 billones de dólares para la economía mundial y 1 de cada 10 puestos de trabajo, y habrá más de 1.581 millones de viajeros internacionales.
Ante el impacto que eso provocará en el turismo y la economía en general, el sector privado y público deben planificar conjuntamente el futuro, centrándose en las estrategias a largo plazo, incluso 50 años, y la construcción de infraestructuras sostenibles, para garantizar que el sector esté a la cabeza de la curva de crecimiento.
A su juicio, sólo así se podrá garantizar que el turismo siga teniendo una contribución "vital" a la economía mundial y al empleo, y salvaguardar su papel "como una fuerza del bien" en el futuro, unir a las personas de diferentes regiones y países, y generar un mayor entendimiento entre las distintas culturas y comunidades. EFECON
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