Madrid, 26 oct.- La banca española ha superado los test de estrés del Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea, ya que las quince entidades nacionales que se han sometido al examen cuentan con una solvencia de al menos el 5,5 % en el escenario más adverso, según los datos conocidos hoy.
Liberbank suspende en la parte de la prueba que corresponde únicamente a la revisión de activos con un déficit de capital de 32 millones, si bien aprueba el test de estrés con una ratio de capital del 5,62 % exactamente.
En el otro extremo, los bancos españoles que cuentan con un mayor superávit de capital y por tanto mayor solvencia son Kutxabank, con un 11,82 %; Bankinter, 10,80 %; BFA-Bankia, 10,30 %; La Caixa, con un 9,25 % y NCG, ahora rebautizado como Abanca, con un 9,14 %.
A continuación figuran BBVA, con un 8,97 %; seguido del Banco Santander, 8,95 %; y Unicaja, con un 8,89 %; por encima del 8,33 % del Banco Sabadell y el 8,09 % del grupo BMN.
Por debajo de este nivel aparece Catalunya Banc, con un 8,02 %; el Grupo Cajamar, con 7,99 %; Ibercaja, con un 7,82 % y el Banco Popular, con un 7,56 %.
Las entidades españolas han sido examinadas junto a las del resto de Europa, porque a partir del próximo 4 de noviembre estarán supervisadas directamente por el BCE y sus activos superan 30.000 millones de euros o el 20 % del PIB del país de origen.
El examen mide la capacidad de estas entidades de mantener siempre un colchón de capital del 8 %, que se reduce al 5,5 % en el peor de los casos, puesto que son dos los escenarios que plantea el examen: uno base, con las estimaciones económicas de cada país previstas por la Comisión Europea, y otro "estresado" o adverso.
Este último supuesto, que en ningún caso se trata de una previsión sino de una hipótesis, supone que en el caso de España que el PIB se contraería un 0,3 % este año, un 1 % en 2015, y apenas crecería un 0,1 % en 2016.
También prevé nuevas turbulencias en el mercado inmobiliario español, en el que los precios de la vivienda caerían un 3,1 % este año y un 5 % en 2015 y 2016.
Lo que el BCE ha puesto a prueba es la solvencia de los bancos, y su capacidad para hacer frente a futuras crisis, pero también la calidad de sus activos (AQR por las siglas en inglés).
Y para ello, lo que ha hecho es analizar los créditos concedidos, las carteras comerciales y de inversión, la exposición a deuda soberana y titulizaciones, y la capacidad de generar ingresos y beneficios.
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