La Bienal recurre al ingenio para acercar al público a la Arquitectura

Venecia (Italia).- Nubes artificiales sobre las que caminar gracias a una pasarela, mangueras colgantes en la oscuridad o un coro de 40 altavoces que proyecta el canto de otras tantas personas son algunas de las propuestas de las que el público puede disfrutar desde hoy en la XII Bienal de Arquitectura de Venecia.

La Exposición Internacional de la ciudad de los canales abre este domingo sus puertas al gran público, hasta el próximo 21 de noviembre, en la que se supone su verdadera prueba de fuego tras haber presentado a profesionales y medios, los últimos tres días, creaciones que, en muchos casos, están más cerca del arte en general que de la arquitectura propiamente dicha.

Tal es el caso de la composición "Visual Cloudscapes" de Matthias Schuler (Alemania) y Tetsuo Kondo (Japón), quienes presentan en uno de los espacios dedicados a proyectos independientes una sala cerrada con una elevada concentración de humos que llega a crear una auténtica nube sobre los visitantes.

Esa acumulación de gases juega un papel relevante, ya que sirve para ofrecer al público la posibilidad de pasearse por encima de las nubes gracias a una pasarela circular que evoca un auténtico paso a nivel de cualquier ciudad con una densa capa de contaminación atmosférica.

El proyecto, que invita además a los visitantes a ofrecer sus propuestas para crear innovadoras fachadas de edificios a través de la web www.cloudscap.es, es, sin duda, una de las que más ha despertado la curiosidad de quienes desde el jueves pasado han visitado la Bienal de Arquitectura en los días de presentación.

No muy lejos queda la propuesta de Olafur Eliasson (Dinamarca), quien presenta una sala oscura en la que destaca un atronador sonido del agua al golpear el suelo cuando cae de tres mangueras colgantes que se mueven por el mismo efecto del líquido en movimiento.

Las espirales hídricas que forman pueden ser contempladas en pequeños instantes de tiempo gracias a la luz de varios flashes, que, a su vez, sirven para guiar al visitante con el sentido de la vista por los lugares del espacio por los que deben caminar.

Muy sensorial es también la propuesta de Janet Cardiff (Canadá), quien presenta en una sala 40 altavoces dispuestos en un círculo ovalado que proyectan las voces de otras tantas personas, una composición sonora que lleva por título "The Forty Part Motet".

En una Exposición de Arquitectura marcada por los ajustes presupuestarios de los gobiernos de los distintos países y que ha visto una notoria menor afluencia de medios que en la Bienal de Arte de 2009, también hay hueco para la originalidad y las propuestas innovadoras en los pabellones nacionales.

Tal es el caso de la apuesta de Japón, el país de la directora de este año de la Bienal, Kazuyo Sejima, que expone un pabellón sin puertas en el que la única construcción pende del techo y no es accesible más que por un agujero en su interior, al que se llega agachándose.

Una vez asomados al interior de la construcción, se puede ver un estudio y una biblioteca en miniatura, tamaños muy propios de la capital nipona: no en vano la obra se titula "Tokyo Metabolizing".

Por su parte, Israel presenta "Kibbutz: An Architecture Without Precedents", la particular comuna agrícola del país hebreo, que sirve en este caso como un "socio activo en la conformación de una sociedad y en la contribución a la calidad de las relaciones humanas que se establecen dentro de él", según sus responsables.

"El desarrollo del 'kibbutz' presenta un desafío arquitectónico único, pues el 'kibbutz' es una forma voluntaria de vida basada en la igualdad, la ayuda mutua y la asociación completa en todos los aspectos de la vida", señalan los organizadores en un comunicado.

Tres plantas y 200 bloques de papeles con fotos y documentos ilustran este tipo de construcción, que queda de relieve en los Jardines de la Bienal, el mismo espacio expositivo en el que se localiza un muy austero pabellón alemán, titulado "Sehnsucht".

Fieles a su tradicional capacidad innovadora, Finlandia, Noruega y Suecia hacen en su pabellón, el nórdico, una minimalista apuesta por un interior que recrea un estudio de arquitectos y un recorrido fotográfico por varios proyectos, iniciativa que encuentra una alternativa en la de sus vecinos de Dinamarca, que presentan una serie de maquetas de corte futurista.

Estados Unidos exporta su "Workshopping"; el espacio británico lleva por título "Villa Frankenstein" (aunque está dedicado a los históricos problemas de supervivencia de Venecia), mientras que Francia, con "Metropolis?", ofrece una muy sorprendente apuesta por lo audiovisual, con un imponente espacio en el que los espejos sirven para iluminar y proyectar imágenes de grandes dimensiones.