La expropiación de YPF, eje de la semana

Rosa López

Madrid, 21 abr.- La expropiación de YPF a Repsol por las autoridades argentinas acaparó la información económica de una semana en la que los mercados castigaron de nuevo a España.

Ayer, cuatro días después de que Argentina anunciara la expropiación de YPF a Repsol, el Gobierno español, que había advertido de que tomaría medidas "claras y contundentes", acordó restringir las importaciones de biocombustible de ese país.

El Consejo de Ministros adoptó esa medida después de que el Parlamento Europeo instara a la UE a suspender parcialmente las ventajas arancelarias de que gozaba Argentina.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que no quiso dar pistas de cuáles podrían ser los próximos pasos, hizo hincapié en la labor de presión diplomática que está haciendo España para denunciar la expropiación y que, según dijo, se ha plasmado en un "importante y enorme" respaldo internacional.

Horas después, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que su país no responderá a la "decisión soberana" tomada por España.

"No haremos ningún planteamiento" a la Organización Mundial del Comercio (OMC), apuntó Fernández, tras indicar que Argentina está en condiciones de absorber con su consumo las 400.000 toneladas anuales de biodiesel que coloca en el mercado español.

Fue el lunes cuando la presidenta argentina anunció la expropiación a Repsol del 51 % de su filial YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), poniendo fin a una operación de acoso y derribo que desde diciembre pasado venía sufriendo la petrolera española por el Gobierno de Buenos Aires.

La presidenta justificó la expropiación por la falta de inversiones de la filial de Repsol y aseguró que en 2010 Argentina se vio obligada a importar combustibles por casi 10.000 millones de dólares. "Somos el único país de América y casi del mundo que no maneja sus recursos naturales", puntualizó.

Una decisión, que el presidente de Repsol, Antonio Brufau, calificó de "expolio", y que a lo largo de la semana generó un reguero de declaraciones y muchas críticas al Gobierno argentino, desde la UE, Estados Unidos, el G20 o el Parlamento Europeo.

Malas noticias con la publicación ayer de las previsiones económicas para España 2012-2013 de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), que prevé que la tasa de paro alcance el 26,3 % el próximo año y que la economía retroceda el 1,5 % del PIB.

FUNCAS estima para este año un índice de paro del 24,5 % y una caída de la economía del 1,7 %, dato que coincide con las estimaciones del Gobierno, ya que la demanda nacional acentuará su descenso hasta el 4,4 %, tasa que se repetirá en 2013.

Además, esta semana, dos nuevas jornadas de huelga de los pilotos de Iberia -lunes y viernes- contra la decisión de la aerolínea de crear la compañía de bajo coste Iberia Express.

Y para terminar, la Bolsa, que consiguió salvar los 7.000 puntos al final de una semana marcada por la volatilidad y la incertidumbre, en la que el selectivo marcó sucesivos mínimos anuales hasta retroceder a niveles de marzo de 2009.

Unas caídas relacionadas con la falta de confianza de los inversores hacia España, lo que también pesó sobre la prima de riesgo, que llegó a superar los 440 puntos básicos y cerró en 425.

Esta semana, la quinta consecutiva de pérdidas, la Bolsa cayó un 2,9 % y ya acumula una pérdida del 17,81 % desde principios de año.

Pero además, en la caída bursátil ha tenido mucho que ver la decisión de Argentina de expropiar YPF a Repsol, porque repercutió notablemente en la cotización de la petrolera y asustó a los accionistas de otras empresas españolas con intereses en ese país.