La Junta de OIEA se reúne con poco margen de acción por los comicios en Irán

  • La Junta de Gobernadores del OIEA se reúne a partir de mañana en Viena en un encuentro dominado por el programa nuclear de Irán pero marcado por una previsible inacción ante las próximas elecciones presidenciales en ese país, convocadas para finales de junio Los 35 países miembros del órgano ejecutivo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) debatirán el informe más reciente sobre las actividades atómicas de la República Islámica y no se prevé ningún resolución condenatoria.

Jordi Kuhs

Viena, 2 jun.- La Junta de Gobernadores del OIEA se reúne a partir de mañana en Viena en un encuentro dominado por el programa nuclear de Irán pero marcado por una previsible inacción ante las próximas elecciones presidenciales en ese país, convocadas para finales de junio

Los 35 países miembros del órgano ejecutivo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) debatirán el informe más reciente sobre las actividades atómicas de la República Islámica y no se prevé ningún resolución condenatoria.

Todo parece paralizado hasta al menos el mes de septiembre para cuando se espera instalado el nuevo presidente de Irán, que saldrá elegido el 14 de junio próximo.

El principal favorito para sustituir al polémico Mahmud Ahmadineyad tras dos mandatos de cuatro años es precisamente el actual negociador nuclear, Said Jalili, un hombre cercano al líder supremo de la República Islámica, Ali Jamenei.

"Por eso, es normal que Jalili no tenga mucho tiempo para ocuparse de las negociaciones nucleares", dijo un diplomático europeo en referencia al actual paréntesis negociador.

Varios diplomáticos consultados por Efe en Viena confirmaron esta semana que ni el OIEA ni el llamado grupo "P5+1" han logrado avance alguno en sus recientes rondas de negociaciones con los iraníes.

El P5+1, compuesto por las cinco potencias del consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y Alemania, no logra avanzar en sus conversaciones para un acuerdo amplio y global al problema nuclear.

A su vez, el OIEA está estancado desde hace un año en sus conversaciones con Irán sobre el llamado "procedimiento estructurado", un complejo mecanismo para mejorar el acceso a instalaciones y expertos nucleares en la República Islámica.

Varios diplomáticos destacaron que no sólo en Irán cambiarán las autoridades en las próximas semanas, sino también en el OIEA, donde el inspector jefe, el director adjunto de asuntos políticos y la principal asesora legal del organismo abandonarán sus cargos.

"No creo que sea una ventaja para el diálogo cuando en ambos lados cambian los interlocutores", señaló una fuente diplomática.

Así las cosas, nadie prevé que la Junta de la agencia nuclear de la ONU tome acciones en su reunión de esta semana, lo que aumenta la presión para la próxima reunión, prevista para septiembre.

La Junta del OIEA y el Consejo de Seguridad de la ONU han emitido numerosas resoluciones en los últimos 10 años, además de cuatro rondas de sanciones diplomáticas, nucleares y comerciales contra Irán.

Lo que se exige a Teherán es la suspensión de las actividades más delicadas de su programa nuclear mientras no exista seguridad sobre la naturaleza y el origen de ese programa.

Irán, por su parte, no para de avanzar en su desarrollo nuclear, aunque parece dispuesto a evitar ciertos límites, es decir, "líneas rojas" trazadas por Estados Unidos e Israel, sobre todo relacionado con la producción de uranio enriquecido al 20 por ciento.

Según el último informe de los expertos del OIEA, Irán no coopera plenamente en la investigación, y sigue adelante con su programa, por ejemplo en la instalación de centrifugadoras de gas de nueva generación.

También está avanzando en la construcción de un reactor de agua pesada en Arak, donde a partir de 2014 se podría producir plutonio, un material que sirve para construir una bomba nuclear.

Al mismo tiempo, Irán convierte parte de su uranio enriquecido al 20 por ciento en combustible para un reactor científico en Irán, manteniendo su "stock" de ese material siempre por debajo de las cantidades teóricamente necesarias para construir una bomba atómica.

Es que los países occidentales, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, temen que Irán pueda desarrollar bajo el paraguas de un supuesto programa atómico civil los conocimientos y las tecnologías necesarias para poder hacerse con armamento atómico.

Tanto en Washington como en Jerusalén no descartan un ataque aéreo contra las instalaciones nucleares de Irán.

Teherán, por su parte, rechaza estas alegaciones, diciendo que solo tiene intenciones pacíficas y científicas, aunque al mismo tiempo no accede a la cooperación que el OIEA exige para poder dar garantías al resto de la comunidad internacional.

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