Las mujeres tienen más dificultades para promocionarse laboralmente, ocupan muchos menos altos cargos que los hombres y tienen una escasa presencia en los consejos de administración.
Estas son algunas de las conclusiones de la ponencia de la doctora en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo, Ruth Mateos de Cobo, expuesta en el Congreso internacional Mind the Gap para un sistema productivo de equidad entre mujeres y hombres que tuvo ayer lugar en Madrid en la Univesidad CEU San Pablo.
La falta de promoción de las mujeres y su poca presencia en los consejos de administración de las grandes empresas tiene una repercusión en los salarios de otras mujeres -en la cúpula de las empresas se toma ese tipo de decisiones- y frena medidas de responsabilidad corporativa, aseguró Mateos de Cobo.
La economista señaló varios fallos en el mercado, relativos a la oferta y la demanda, que obstaculizan la presencia de las mujeres en la cúpula de las grandes empresas y los menores salarios.
Asegura que a las mujeres no aspiran a cargos de responsabilidad por el temor a los estereotipos y que a se mire su labor con lupa y que sus situaciones familiares frenan sus aspiraciones, al contrario que pasa con los hombres.
En cuanto a la demanda, señala que se produce un discriminación de género, los contratadores interpretan que tienen menos formación -"lo que no es cierto"- y que cuando hay pocas mujeres en una empresa, se contratan menos mujeres, y viceversa.Presencia en los consejos de administración
La doctora Mateos de Cobo señala que los consejos de administración de las empresas del Ibex apenas tienen de media un 16% de mujeres -la mayoría como consejeras independientes-, lejos del 40% que se tenía como meta. Sin embargo, se ha producido un incremento considerable con respecto a 2007, cuando el porcentaje de mujeres rondaba el 3%.
Asegura que la presencia de las mujeres en la cúpula de las mil mayores empresas es todavía menor, del 12%, frente al 6,6% de 2005.
Para paliar la situación propone, por el lado de la oferta, políticas de conciliación que no sólo afecten a las mujeres y mentores y asesores que contribuyan a cambiar el panorama.
Por el lado de la demanda, aboga por cuotas vinculantes, que han dado buen resultado en países como Italia, pero que advierte a veces pueden suponer un atajo o puede facilitar el acceso a puestos de responsabilidad de personas menos competentes. Además de medidas legislativas, como las cuotas, apuesta por otras que no lo son, como la autorregulación.
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