La reforma eléctrica aprobada por el Gobierno el pasado verano calentó la gran batalla entre el ministro Soria y el sector que ha tenido su punto álgido tras la suspensión de la subasta Cesur. La reforma, que nació con el gran objetivo de frenar un déficit de tarifa que sigue totalmente desbocado, ha pasado factura a las torres más altas del sector. No obstante, las tres grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa) obtuvieron un beneficio neto conjunto de 4.995 millones de euros al cierre del tercer trimestre del año.
La cifra es un 3,5% inferior a la del mismo periodo delaño pasado, cuando acumularon ganancias por 5.126 millones. El impacto no es por lo tanto extraordinario todavía, a la espera de las cifras definitivas del ejercicio 2013.
Ninguna gran compañía del sector ha ganado más que Iberdrola. El grupo que preside Ignacio Sánchez Galán obtuvo un beneficio neto de 2.274 millones de euros. En la presentación a los analistas de los resultados, su primer ejecutivo calificó de "negativísimo" el impacto de la reforma y anticipó que 2013 terminará con un retroceso de los beneficios del 12%.
Iberdrola detalló que los impactos regulatorios (antes de impuestos) en España durante los nueve meses de 2013 fueron de 503 millones de euros, de los que 381 millones corresponden a los nuevos impuestos eléctricos y 122 millones, al menor margen bruto. La medida más dura tomada por el grupo ha sido la reducción de un 10% del dividendo. Otras compañías del sector como Acciona se han visto obligadas a suspenderlo.
Pero no llueve para todos igual. En el movimiento contrario, Endesa ha anunciado que vuelve a retribuir a los accionistas un año después. Pagará 1,5 euros por acción, unos 1.600 millones de euros. El grupo controlado por la italiana Enel justifica la medida por la caja acumulada, la ausencia de deuda de la eléctrica y, paradójicamente, el devenir regulatorio.
Endesa cifra en 868 millones el impacto de la reforma sobre sus cuentas durante 2013, mientras que Gas Natural Fenosa calcula 600 millones anuales a partir de 2014. Una "losa", en palabras del propio presidente de la compañía, Salvador Gabarró. Para contrarrestar el efecto, el grupo ha dado un giro a su plan estratégico, más volcado en Iberoamérica y en la distribución de gas en Europa.
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