Londres se pone en lo peor y detalla las crisis que desataría un Brexit sin pactar

  • El Gobierno británico hace públicos 25 de los 80 documentos en los que dibuja un panorama caótico para las aduanas o las transacciones bancarias.
Fotografía del Brexit
Fotografía del Brexit
EFE

Pagos más caros con tarjetas de crédito, una mayor burocracia económica o un futuro en peligro para un millón de pensionistas británicos que viven lejos de sus fronteras son algunos de los inconvenientes que tendrán que afrontar los británicos en caso de un Brexit sin acuerdo, según unos documentos técnicos difundidos el jueves por el propio Gobierno del Reino Unido.

El panorama se sitúa en lo peor. Así al menos lo ha explicado el ministro británico para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), Dominic Raab, quien calificó los 25 textos divulgados -los primeros de un total de 80- como "prácticos y proporcionados" porque su objetivo es que las empresas y los ciudadanos sepan a qué atenerse en caso de una ausencia de pacto con los 27.

En estos momentos, el Reino Unido y el bloque europeo negocian los términos de la retirada británica, que se materializará a fines de marzo de 2019, pero hay gran incertidumbre sobre si ambas partes podrán ponerse de acuerdo para octubre -la meta que se han fijado-, especialmente por los problemas que plantea la frontera entre las dos Irlandas. En un discurso en Londres, Raab dejó claro que "la prioridad" del Gobierno es alcanzar un acuerdo con la UE, pero también reconoció: "Debemos estar preparados para considerar una alternativa".

Estos documentos -que abarcan sectores como el bancario, el farmacéutico, la investigación nuclear, los derechos laborales o los pagos para el sector agrícola británico- contienen numerosos detalles sobre los eventuales preparativos. Por ejemplo, el Gobierno advierte de que los pagos con tarjeta para la compra de productos de la UE pueden ser más costosos, mientras que los británicos que viven en Europa tendrán problemas para acceder a sus cuentas bancarias.

Además, los documentos recuerdan a las empresas que la libre circulación de productos entre el Reino Unido y la UE quedará sin efecto, por lo que se verán obligadas a rellenar declaraciones de aduana para las mercancías que entren en suelo británico. Al mismo tiempo, el Gobierno conservador avisa que se espera que el bloque europeo empiece a imponer tarifas a los productos británicos y recomienda la renegociación de acuerdos comerciales que reflejen esos costes adicionales.

Tras la publicación de los textos, el portavoz laborista del Brexit (oposición), Keir Starmer, dijo que las recomendaciones técnicas "exponen la realidad, que es que el Gobierno simplemente no está preparado para un escenario sin acuerdo" con la UE.

En cuanto a la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, el Gobierno recomienda a las empresas que operan en esa isla que consulten con Dublín. Raab hoy de que los suministradores farmacéuticos disponen de reservas de 200 fármacos para tres meses y recalcó que hay acuerdos con esas compañías para evitar problemas que puedan surgir en la entrada de medicinas, como por ejemplo eventuales huelgas de camioneros en Francia.

El ministro restó importancia al temor planteado hace unos meses de que el Ejército sería desplegado para mantener el suministro de alimentos en caso de necesidad. "No hay planes para desplegar al Ejército para mantener el suministro de comida", recalcó. "Nuestro objetivo general es facilitar un funcionamiento suave, continuado de los negocios, el transporte, la infraestructura, la investigación, los programas de ayuda y los flujos de financiación", agregó el titular británico del Brexit.

Londres y Bruselas continúan las negociaciones pero siguen sin ponerse de acuerdo sobre la futura relación comercial y la frontera irlandesa, pues el objetivo es que siga siendo invisible para no perjudicar el proceso de paz norirlandés. Para Starmer, un "brexit" sin acuerdo representaría "un fracaso completo de la estrategia negociadora del Gobierno". Londres propuso el mes pasado a la UE la creación de un área de libre comercio para bienes tras el Brexit, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera con Irlanda.

El efecto de las pensiones

Uno de los informes más destacados es el que alerta sobre la situación de los británicos que viven en la UE, cerca de un millón, que podrían perder el acceso a sus cuentas bancarias del Reino Unido, lo que dificultaría el cobro de sus pensiones y salarios. "Los ciudadanos británicos que residen en el Espacio Económico Europeo (EEE) podrían perder su capacidad de acceder a los servicios existentes de préstamos y depósitos, así como a contratos de seguros -como contratos de seguros de vida y rentas vitalicias-", detalla el documento dedicado a los servicios financieros recién publicado.

"Si las firmas británicas pierden sus derechos de pasaporte en el EEE, eso afectará a la capacidad de sus clientes para continuar accediendo a sus servicios", agrega el texto. Se estima que son 300.000 los británicos que residen en España, frente a unos 116.000 españoles que viven en Reino Unido. Y se calcula que el 48% de los británicos afincados en España están jubilados, muchos de ellos en ciudades costeras.

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