La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, defendió hoy la necesidad de "reducir la presencia del Estado donde no es necesaria" y permitir el aumento de inversores privados en empresas públicas como Poste Italiane (PI), el servicio postal, o los ferrocarriles de Ferrovie dello Stato (FdS). "Mi postura y la del Gobierno en tema de privatizaciones es lejana años luz respecto al pasado (...) Lo que pretendemos es reducir la presencia del Estado donde no es necesaria y reafirmarla donde sí lo es", apuntó en la rueda de prensa de balance del 2023.
La política ultraderechista aseguró que esto significa "reducir las cuotas estatales" en las empresas públicas pero sin perder su control. Puso por ejemplo el caso de Poste Italiane, en cuyo accionariado solo cuenta con un 11,85% de inversores privados, mientras que el resto de su capital está en manos del Ministerio de Economía (29,26%) o del banco público Cassa Depositi e Prestiti (35,00%).
También habló de FdS, totalmente pública y que podría permitir la entrada de capital privado con "cuotas minoritarias". No obstante, la primera ministra avanzó que este tipo de procesos requieren "tramitaciones bastante largas" y que, en ningún caso, "serán regalos millonarios a afortunados empresarios bien colocados".
El Gobierno de Meloni se ha fijado como objetivo recaudar 20.000 millones de euros en privatizaciones durante el trienio 2024/2026, según consta en la actualización del Documento de Economía y Finanza (NADEF), en base al cual se realizan las cuentas públicas del país. Esto equivaldría a 1 punto del producto interior bruto (PIB) en los próximos tres años.
En este sentido, Meloni afirmó que su Gobierno "ha dado una buena señal" con la privatización de la Banca Monte del Paschi di Siena, que tuvo que ser rescatada por el Estado para evitar su quiebra. "Con nuestra iniciativa, los recursos invertidos han empezado a regresar", presumió la primera ministra, para agregar después: "El Estado debe controlar lo que es estratégico y eso implica abrirse al mercado".
