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  • Una vez más, y ya van muchas, la bolsa española repetía esta semana un esquema conocido y fracasaba en su intento de dejarse llevar por los alcistas, lastrada como en tantas otras ocasiones por las dudas sobre la viabilidad de la moneda única, las deudas de Grecia, la solvencia de los bancos y, como novedad, la bancarrota de Hungría.

Raimundo Díaz

Madrid, 7 ene.- Una vez más, y ya van muchas, la bolsa española repetía esta semana un esquema conocido y fracasaba en su intento de dejarse llevar por los alcistas, lastrada como en tantas otras ocasiones por las dudas sobre la viabilidad de la moneda única, las deudas de Grecia, la solvencia de los bancos y, como novedad, la bancarrota de Hungría.

El IBEX 35 terminaba la sesión del viernes en 8.289,1 puntos tras ceder el 0,49 %, con lo que acumula una caída semanal del 3,44 % tras dos semanas positivas.

El mismo guión lo seguían otros mercados europeos, ya que el MIB de Milán se dejó el 2,94 % y el CAC de París, el 0,71 %, mientras que el DAX de Fráncfort se revalorizó un 2,71 % y el FTSE londinense, el 1,39 %.

El punto de inflexión de una semana que comenzaba con un fuerte impulso alcista lo marcó el jueves el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que cifró en 50.000 millones de euros las necesidades de capital de la banca española.

Eso le costaba al IBEX casi un 3 % en una sesión en la que los bancos cotizados llegaron a sufrir descensos del 5 %.

Otros frentes abiertos fueron el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento hechas por diversos organismos, como la agencia de medición de riesgos Fitch, el banco de inversión Goldman Sachs o el Fondo Monetario Internacional.

Por otra parte, el primer ministro griego, Lukás Papadimos, hacía saltar las alarmas al plantear que el país podría quebrar en los próximos meses, al tiempo que el desplome en la cotización de la moneda de Hungría, el forinto, colocaba al país al borde del colapso y provocaba que Fitch rebajara sus títulos de deuda a "bono basura".

Asimismo, la banca europea mostraba de nuevo su debilidad para reforzar su capital tal y como le exige la Autoridad Bancaria Europea (ABE), ya que los depósitos a un día de los bancos alcanzaban un nuevo máximo histórico, prueba de la desconfianza que tienen unas entidades financieras de otras.

De este modo, en cuanto al resultado semanal de las empresas del IBEX, bajaron veintitrés y subieron trece -el índice está temporalmente compuesto por 36 valores, después de que DIA se incorporara el 2 de enero sin que ningún valor lo haya abandonado-.

Los más castigados en la semana han sido los bancos, encabezados por el Sabadell, que perdió el 7,98 %, y Santander, con el 7,16 %.

BBVA se dejaba el 6,75 %, el Popular, el 6,05 %, Bankinter, el 4 %, y Caixabank y Bankia sufrían descensos más moderados, del 1,03 % y del 0,75 %, respectivamente.

Entre los grandes valores, sólo Iberdrola cerraba la semana con ganancias (0,72 %), ya que Inditex perdía el 0,36 %, Endesa, el 1,58 %, Repsñol, el 1,73 %, y Telefónica, el 2,54 %.

DIA se revalorizaba el 7,07 % en su primera semana en el selectivo.

La próxima semana, en la que el IBEX partirá de 8.289 puntos, los inversores estarán atentos a la emisión de deuda que celebra el Tesoro español el jueves, el mismo día que se reúne el Consejo de Gobierno del BCE para abordar los tipos de interés en la zona del euro.

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