Nucleares. Ecologistas acusan a rajoy de que "su política energética la marcan las grandes eléctricas"


Representantes de Greenpeace y de Ecologistas en Acción criticaron hoy las declaraciones de Mariano Rajoy en las que afirmó que si llega a la Presidencia del Gobierno y los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) lo consideran adecuado, mantendría abierta la central de Santa María de Garoña más allá de 2013.
Según manifestó a Servimedia el responsable de nucleares de Greenpeace, Carlos Bravo, al decir que mantendría Garoña pese a la crisis de Fukushima “está claro que quien le marca a Rajoy su política energética son las grandes eléctricas, al igual por cierto que ocurre con el actual ministro de Industria, Miguel Sebastián”.
A su juicio, la postura del PP y de Rajoy “es irresponsable y demuestra que no han aprendido nada de lo ocurrido en Fukushima, al contrario que su correligionaria Merkel en Alemania”.
“Rajoy no quiere ver y mantiene un planteamiento energético propio del siglo XX y no del XXI”, prosiguió Bravo, quien aseguró que “el futuro será de la eficiencia energética y de las fuentes renovables”.
“Hay informes que prueban que podemos pasar sin la energía nuclear perfectamente, y estamos en un momento clave en este sentido”, subrayó.
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Por su parte, el portavoz de Ecologistas en Acción, Vicente Barcia, aseguró que el hecho de que “a estas alturas Rajoy siga defendiendo Garoña no deja dudas sobre cuáles son los intereses que representa: las eléctricas y el gran poder económico”.
En su opinión, con sus afirmaciones el líder popular “demuestra ser insensible con la tragedia humana e ignorante desde un punto de vista técnico”, puesto que "la energía nuclear es algo más que una amenaza y hay evidencias de que no es segura”.
A ello hay que añadir el “gran desastre medioambiental, que afectará a cientos de miles de personas durante años”, destacó Barcia.
La misma idea defendió Bravo, quien recalcó que “Santa María de Garoña es exactamente igual que el reactor 1 de Fukushima”, y aseguró que “este no falló ni por el terremoto ni por el tsunami posterior, sino por la falta de suministro eléctrico”.
Igual podría suceder en Garoña a consecuencia de una inundación, un ataque terrorista o la rotura del embalse del Ebro, “y entonces tendríamos un Fukushima 2 aquí en España”, concluyó.

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