El nuevo mapa autonómico determinará la recta final del plan económico de Sánchez

El nombre de Pedro Sánchez no aparecerá en ninguna de las papeletas dispuestas este domingo en los más de 23.000 colegios electorales distribuidos a lo largo y ancho del país. Sin embargo, tanto Ferraz como Moncloa son conscientes de la importancia que tienen estas elecciones municipales y autonómicas, que el Partido Popular ha tratado de vender como una primera vuelta de las generales. En primer lugar, porque el equilibrio de fuerzas que resulte de estos comicios puede adelantar el sentir de los votantes de cara a las generales y en segundo, porque el reparto de competencias en los diferentes niveles de gobierno puede dejar en papel mojado algunas de las medidas estrella del Ejecutivo central, como la Ley de Vivienda.

El papel de las comunidades autónomas resulta clave para la gestión de los fondos europeos, punto en el que se encuentran estancadas la mayoría de las convocatorias y donde el Gobierno quiere mejorar la eficacia, antes de la llegada del cuarto desembolso y el inicio de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Además, los territorios son protagonistas de la batalla fiscal que se ha buscado paliar con la creación del impuesto a las grandes fortunas. Pero estas elecciones también modificarán la composición del Senado, como consecuencia de que parte de los senadores son designados por las asambleas autonómicas. Son un total de 57, lo que podría impulsar la capacidad de veto o de introducir enmiendas de la oposición, en el caso de que el PP aumente su peso en alguna de las plazas más disputadas como la Comunidad Valenciana, Madrid o Aragón. 

Todo ello ha llevado al presidente del Gobierno a jugar un papel muy activo en la campaña electoral a través de diferentes anuncios, como destinar más de 100.000 nuevas viviendas públicas a alquiler social, un aval para la entrada de la hipoteca, la bonificación del billete del Interrail para los menores de 30 años o del precio de la entrada al cine para los mayores de 65 años. Aunque también lo ha hecho el líder 'popular' Alberto Núñez Feijóo, acompañando a sus candidatos en todo el territorio.  Marta Marcos, consultora de GAD3, destaca en conversación con La Información que, a diferencia de otras elecciones anteriores, "se está votando mucho más pensando en clave nacional". 

La politóloga hace referencia a un cierre de ciclo político que se inició con el 15M y la irrupción de los "nuevos" partidos -Ciudadanos, Podemos y Vox- en el que las elecciones de este 28M pueden marcar el rumbo de las que previsiblemente se celebrarán en diciembre. En este proceso el factor económico ha ganado un peso que no acostumbraba a tener en las elecciones municipales y autonómicos, explica Marcos. "Son los temas económicos los que más mueven al elector a votar, pese a lo que se pueda pensar, cada municipio tiene sus temas propios, pero al preguntar al elector qué le preocupa, responde que el paro y cada vez más, la vivienda". En este sentido, argumenta que tanto PP como PSOE son conscientes de que tras la crisis la clave es económica, por lo que ponen mucho énfasis en hacer gala de su gestión allí donde gobiernan. 

La batalla entre razón y emoción en campaña electoral

"Excepto en 2007, quien ha ganado las elecciones municipales y autonómicas, ha ganado las generales", apunta Paloma Abejón, profesora de comunicación política en la Universidad Complutense de Madrid, quien diferencia entre la lista más votada y los partidos que tienen capacidad de llegar a acuerdos y formar un gobierno. En este contexto, aprecia que el PSOE "lo ha apostado todo a la economía" por su posición de partido en el Gobierno, aunque esta no tiene por qué ser la estrategia más ventajosa para la formación. "Los estudios de comunicación política nos dicen que, cada vez más, la gente vota basándose en emociones y no en un discurso racional", señala y hace referencia a la caída de los discursos racionales en campaña electoral que se ha producido en las últimas cuatro décadas. 

"La emoción está pesando mucho, lo cual quiere decir que la economía no va a ser un elemento tan decisorio como los partidos creían", concluye la doctora en Periodismo. Otros temas como los pactos con EH Bildu, el racismo o la compra de votos han ganado peso durante la campaña oficial, si bien, recalca los esfuerzos de Feijóo por volver al marco económico en los días previos a las elecciones. Manuel Rodríguez, consultor político y de innovación y director de Cámara Cívica, también comparte este análisis. "Para mí las elecciones no han estado marcadas por el discurso económico", reconoce. 

"Creo que el PSOE sí que ha intentado sacar pecho de las cifras económicas, de la validación que le han dado las instituciones comunitarias, se han hecho muchos anuncios desde el Gobierno hasta un punto que ha podido abrumar y confundir un poco. Pero la derecha ha jugado la carta de tirar una cortina de humo para sentar el marco de la conversación y la ha ganado", valora en conversación con este medio. Para el politólogo, no puede traducirse el resultado de las elecciones de este domingo en clave nacional, ya que "cada comicio moviliza de manera diferente", aunque considera que sí asume que es la lectura que van a efectuar los ganadores de cada territorio. 

Aragón, Valencia, Sevilla y Barcelona en el foco

Más allá de cuál ha sido el desarrollo de la campaña, los expertos consultados por La Información coinciden en señalar que el sentido expresado en las urnas de Aragón, Valencia, Sevilla y Barcelona sí que va a ser especialmente significativo para medir el equilibrio de fuerzas entre los dos principales partidos de ámbito nacional -PP y PSOE- de cara a las generales. Rodríguez destaca especialmente el papel que juega la comunidad ahora gobernada por Javier Lambán, donde el partido que se hace con la victoria acostumbra a gobernar también a nivel nacional. Marcos pone el énfasis en el peso de la Comunidad Valenciana, que antes del Gobierno del Botànic, había sido gobernado durante años por la derecha y donde el resultado parece que va a depender de un puñado de votos. Mientras que en el plano municipal, Sevilla y Barcelona serán relevantes para medir la influencia del PSOE.