El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha determinado cuáles son los países más ricos del mundo, situando en lo más alto de la tabla a los Estados Unidos, que representa el 25,5% del total de la riqueza mundial, con un Producto Interior Bruto (PIB) que se situó en 26.855 billones de dólares durante el pasado año.
Estos datos lo sitúan notablemente por encima de China, segundo país más rico con 19.373 billones de dólares y un 18,4% de la riqueza, y más aún del resto de países del mundo. De hecho, existe una gran diferencia con respecto al tercero, que es Japón, con una riqueza de 4.409 billones de dólares, un 4,2% del total.
En la tabla les siguen, respectivamente, Alemania, India, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Brasil, Rusia, Corea, Australia y México. Para encontrar a España hay que irse a la decimoquinta posición, con 1.492,43 billones de dólares de riqueza, lo que supone un 1,4% del total.
¿Cómo se calcula la riqueza de un país?
La riqueza de un país se puede determinar a través de distintos datos que se conocen mediante distintos indicadores, los cuales permiten conocer la situación económica de un país con respecto a la economía mundial, lo que permite definir si este se encuentra en crecimiento, en desarrollo o recesión económica.
En este sentido, el indicador más preciso y utilizado por los economistas es el Producto Interior Bruto (PIB), si bien existen otros como el coeficiente Gini, el tipo de cambio o el índice de desarrollo humano, entre otros. El PIB es el valor total de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un periodo determinado, pudiendo categorizarse de diferentes maneras.
Por un lado, nos encontramos con el PIB nominal, que es el valor monetario de los productos y servicios finales durante un periodo de tiempo determinado, teniendo en consideración factores como la inflación y el valor de mercado de bienes y servicios. El PIB puede aumentar cuando la inflación aumenta a pesar de que no se hayan producido más bienes.
Por otro lado, hay que hablar del PIB Real, que es un indicador que tiene en cuenta la inflación sobre los precios, por lo que sirve para reflejar el incremento real basado en la producción del país, sin que influyan otras cifras externas, mientras que el PIB per cápita, es la división del PIB de un país entre el número de habitantes de los residentes en el mismo.
Para calcular el Producto Interior Bruto podemos medir el crecimiento y la riqueza económica de un país a través de una simple ecuación, en la que se deben sumar el consumo, la inversión, el gasto público y las exportaciones, para luego restar las importaciones. Estas últimas se restan de la fórmula del PIB, puesto que en esos casos el país adopta la posición de deudor o comprador al ser quien importa el bien desde otra nación.
El PIB y la riqueza son dos conceptos económicos que se emplean para la medición de la prosperidad de un país, pero hay que ser conscientes de que tienen algunas diferencias. Mientras que el PIB permite medir la producción económica de un país durante un periodo determinado, que habitualmente es un año, la riqueza de un país mide la acumulación de bienes y activos. Para estos últimos, incluye todos los activos de empresas, familias y Estado.
Aunque el PIB y la riqueza no sean lo mismo, el primero se usa con frecuencia para comparar la economía de un país con otro.
