Las últimas lluvias, especialmente las caídas durante la pasada Semana Santa, han mejorado las perspectivas de cosecha de aceite de oliva de cara a la próxima campaña (en el olivar las campañas van de octubre a septiembre). En concreto, según el reciente 'Avance de superficies y producciones' publicado a finales de febrero por el Ministerio de Agricultura, se estimaba ya un aumento de la producción de aceite de oliva en un 21,9% para los últimos meses de la campaña 2023-2024. Las citadas precipitaciones también dieron la vuelta a los precios en origen, que en los días inmediatamente posteriores a la Semana Santa, cayeron. Un efecto que ya ha desaparecido. Según el observatorio de precios Infaoliva, el 9 de abril los precios cotizaban a 7,12 euros/kg (virgen extra), a 6,78/kg (virgen) y a 6,51/kg (lampante). Ayer estos mismos conceptos estaban a 7,5 euros/kg, 7,18 euros/kg y 6,96 euros/kg, respectivamente. No solo eso, sino que desde organizaciones de consumidores como Facua y OCU, alertan de nuevo que el 'oro verde' sigue por las nubes... ¿Qué está pasando?
El responsable del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva de Cooperativas Agroalimentarias, Rafael Sánchez de Puerta, apunta hacia la 'ley de la oferta y la demanda': "Llevamos dos años de cosechas anormalmente bajas y, ante una falta de oferta, tenemos una demanda que se mantiene alta, esto tiene un efecto sobre el precio", resume el representante de Cooperativas. En este sentido, añade otro elemento más en la ecuación: "La disponibilidad de aceite históricamente baja", apunta. Es decir, hay mucho menos aceite almacenado de otros años. En concreto, Sánchez de Puerta explica, que "el año pasado la producción fue de unas 650.000 toneladas y, para esta campaña 2023-2024, estan previstas unas 850.000 toneladas. Esto debería bajar los precios, sin embargo, si las existencias que quedaron en la pasada campaña fueron de unas 450.000 toneladas, en la actual son de apenas 250.000 toneladas".
A todo lo anterior, observa el responsable de aceite en Cooperativas, cabe señalar la mala situación de otros países productores como Grecia, Túnez o Turquía. En su opinión, "hasta el próximo 1 de noviembre habrá que gestionar lo que tenemos" y apunta que para entonces tendremos la nueva cosecha y se entrará en otra fase. Es decir, no esperen un aceite más barato hasta finales de año. Además, matiza, también todo dependerá de cómo transcurran esta primavera y el inminente verano. O lo que es lo mismo, que no haya fenómenos atmosféricos extremos que arruinen una fase tan delicada para la planta como es la floración.
Desde la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC) estiman que en los tres primeros meses de este año se han vendido 55,21 millones de litros de aceite de oliva en España. Esto es un 8,27% menos que en el mismo periodo de 2023. Mientras que, en el acumulado de los seis primeros meses de la campaña actual (octubre- marzo), las ventas ascendían a 110,47 millones de litros. Un 17,51% menos respecto al mismo periodo de la campaña anterior, la de 2022-2023.
"El consumidor no ha renunciado a los aceites de oliva"
Sin embargo, a pesar de resentirse las ventas desde la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, su gerente Teresa Pérez, se muestra sorprendida para bien: "Cuando el precio empezó a escalar en la pasada campaña, la mayoría esperaba que las ventas cayeran en picado. Dos años más tarde, hemos comprobado que estábamos equivocados". En este sentido, Pérez también destaca el acierto de apostar por la promoción en el mercado español ante un cambio de hábitos que estaba haciendo perder terreno al 'oro verde' y recuerda la popular campaña publicitaria protagonizada por el actor José Coronado y su hijo Nicolás bajo el lema 'Para toda una vida'.
Al respecto, la representante de la Interprofesional destaca que "el consumidor no ha renunciado a los aceites de oliva" y se muestra segura de que todo lo producido en los últimos dos ejercicios se va a vender. "Es más, si hubiéramos tenido más producto disponible, se hubiera podido sacar a los mercados", añade. Para Sánchez de Puerta (Cooperativas Agroalimentarias) "la gente cada vez diferencia mejor el producto". A su juicio, el consumidor español ha optado por ahorrar y usar menos aceite pero sin renunciar al mismo o acudir a otras alternativas como el aceite de girasol. Desde la Interprofesional, Teresa Pérez realiza una reflexión muy similar: "El consumidor de los aceites de oliva, ante la subida de precios, ha optado primeramente por reducir el consumo". Es decir, continua Pérez, el consumidor "compra menos en envases más pequeños y recurre a trucos como el uso del spray para aprovechar hasta la última gota".
