Prisa negocia con tres fondos extranjeros darles entrada en su capital

  • El grupo de medios mantiene conversaciones a varias bandas para vender una participación minoritaria a sociedades instrumentales, probablemente extranjeras, que inyectarán liquidez a la editora de El País sin adentrarse en la gestión, pero tomando como garantía la participación de la propia Prisa.
Ruth Ugalde

"El problema de Prisa es que su deuda vale más que la empresa". Con esta lapidaria frase, el socio de un banco de inversión explica los complejos encajes de bolillos que está intentando hacer Juan Luis Cebrián, el gran capitán del gigante de los medios de comunicación, que, sin embargo, necesita imperiosamente una inyección de liquidez que le permita sellar con sus bancos acreedores un acuerdo el próximo mes de marzo, cuando le vence el crédito de 1.900 millones que pidió para lanzar la opa sobre Sogecable.

Con una deuda total de 5.000 millones y un valor en bolsa inferior a 800 millones, Prisa reconoció ayer ante el supervisor de la bolsa (CNMV) estarnegociando la venta de varias participaciones en sus filiales audiovisuales (la cesión de Cuatro a Telecinco y la venta del 44% de Digital+ a Telefónica y Mediaset) y otras operaciones que permitan capitalizar al grupo.

Entre otros motivos, porque los 1.000 millones de euros que obtendrá con las desinversiones en sus filiales de televisión deberán ir dirigidas, en su mayoría, a reducir a una décima parte los compromisos financieros de Digital+.

Por tanto, Prisa sigue necesitando cerrar otras operaciones para convencer a su banca acreedora de que cuenta con el crédito necesario para refinanciar el ahogante crédito de 1.900 millones que vence en marzo. Y ahí entran en juego los tres fondos extranjeros con los que ha mantendio conversaciones para darles entrada en su capital, según señalan fuentes del sector a lainformacion.com.

En principio, la intención de Cebrián era seguir abriendo puertas de sus sociedades filiales y mantener intacta la participación de la familia Polanco (accionista de referencia) en el hólding. Pero la necesidad aprieta y puede forzar un cambio de esquema, que contemplaría entrar en la matriz.

La opción barajada consiste en crear un sociedad instrumental entre estos inversores y la familia Polanco, que permita tener el control de manera conjunta, pero aqdquiriendo sólo una participación minoritaria. Esta fórmula fue la utilizada, por ejemplo, por Esther Koplowitz cuando tuvo que adquirir a su hermana Alicia su participación en el capital de FCC.

Para conservar la mayoría de la constructora, sin disponer del dinero necesario para hacerse con el paquete accionarial de su hermana, la empresario creó la sociedad B-1998 y dio entrada a varios socios (actualmente, las familias Peugeot, Martínez-Zabala y Aguinaga) que le permitieron asumir el esfuerzo económico necesario para controlar el 52% del grupo.


Entre las divisiones que todavía están libres de nuevos socios destaca el área de prensa, con El País como buque insignia. En Unión Radio, cabecera de La Ser, ya está presente la firma de capital riesgo 3i, mientras que en Santillana, la joya de la corona, Prisa selló un acuerdo con el fondo privado DLJ South American Partners para cederle el 25% de la editorial. No obstante, sobre la mesa de negociaciones también se ha puesto vender otro pedazo de Santillana a una firma extranjera.

Estas operaciones, además, no se están diseñando con el objetivo de dar entrada en la gestión a los nuevos socios, sino como una inyección de liquidez dirigida a recuperar la inversión en varios años y bajo una serie de compromisos, entre los que podría figurar tomar como garantía las acciones de la familia Polanco, además de compromisos de compra venta.

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