Rato podría llevarse una indemnización de 1,2 millones de euros

  • La dimisión del presidente de Bankia irá acompañada de un cheque que, para el común de los mortales, sería más que jugoso: 1,2 millones de euros. Sin embargo, queda a años luz del dinero que se llevó su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, del BBVA hace apenas dos años y medio: 52,3 millones de euros. Además, Rato podría embolsarse algo más de 600.000 euros en concepto de pensiones, si el Gobierno lo permite.

Rato dimite como presidente de Bankia
Rato dimite como presidente de Bankia
R.Ugalde/A.Medina

El pasado 4 de febrero, el Gobierno cortó drásticamente el sueldo de Rodrigo Rato, al limitar a 600.000 euros la retribución máxima de los presidentes ejecutivos de entidades que hayan recibido ayudas del FROB.

Esta normativa cercenó de golpe los 2,34 millones de euros que se había adjudicado el ex presidente del FMI por llevar las riendas del banco.

La multimillonaria bajada de sueldo afectará directamente a la indemnización que podrá recibir ahora Rato, ya que la reforma laboral también acotó estas prebendas.

En su disposición adicional séptima limitaba a dos anualidades el dinero que pueden percibir tras su salida los responsables de entidades financieras, lo que traducido a la remuneración del ya ex presidente de Bankia, supone 1,2 millones.

Si su antiguo pupilo, Luis de Guindos, no le hubiera obligado a rebajarse el sueldo, ahora Rato podría marcharse con 4,68 millones de euros... o con mucho más, porque es habitual que los altos directivos de las grandes empresas cuenten con clásusulas en su contrato que les garanticen una indemnización al marcharse, aunque su salida vaya acompañada de una carta de dimisión.

Pero, en el caso de Rato, al estar limitada la remuneración por decreto, este privilegio queda seriamente mermado.

Basta con comparar esos 1,2 millones con los 52,3 millones que se llevó José Ignacio Goirigolzarri, sucesor de Rato al frente de Bankia, cuando también dimitió como consejero delegado de BBVA.

No obstante, a la indemnización podría sumarsele la parte que le corresponde de los 1,86 millones de euros que dotó la entidad el año pasado al plan de pensiones de sus consejeros: 489.000 euros.

Eso sí, siempre y cuando el Banco de España conceda su visto bueno, ya que se trata de una sociedad que vuelve a necesitar ayudas públicas, y por tanto, el supervisor tiene poder para vetar cualquier retribución, indemnización y pensión.

Esto es así porque sólo tienen derecho a recibir estas prebendas los responsables de aquellas entidades financieras en las que, aunque hayan recibido dinero público, el Estado no haya pasado a ser su principal accionista.

En función del dinero que inyecte el FROB III a Bankia, y de cómo termine evolucionando la entidad, el Estado podría terminar convirtiéndose en su principal inversor.

Ante la duda sobre el futuro de la entidad, el supervisor será quien tenga la palabra de si Rato puede sumar a sus 1,2 millones de indemnización otros 489.000 euros de la aportación al plan de pensiones de 2011, y la parte que le corresponde de éste que, por regla de tres, rondará los 125.000 millones.

En total, sumando todas las partidas, el finiquito total de Rato podría ascender a algo más de 1,6 millones.

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