Tras la "excepción ibérica"

Ribera revela que la intención de España es "separar" el gas del precio de la luz

La ministra ha asegurado que el acuerdo alcanzado en Bruselas era "imprescindible" y adelanta que se va a prorratear el coste del gas por franjas horarias para que el sistema funcione y adjudique a cada uno lo suyo.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Ribera insiste en separar el gas de la formación del precio de la luz en España. 
Europa Press

Teresa Ribera quiere aprovechar al máximo la “excepción ibérica” que ha conseguido España para “lidiar” con los precios del gas y evitar que disparen el recibo de la luz, y asegura que lo que pretende proponer el Gobierno ahora a la Comisión Europea no es precisamente un tope al gas, sino “separar el gas del mecanismo de formación de precios". La propuesta española estará lista en siete días y, si todo va según lo previsto, supondrá una rebaja del precio de la luz dentro de tres o cuatro semanas más, a la espera de definir los detalles del sistema concreto que se va a utilizar para diluir el precio del gas y su impacto en la electricidad. Ribera ha subrayado en una entrevista al día siguiente de la cumbre europea, que van a introducir "un sistema del pago del gas como corresponde: hay que pagar el gas en todo caso pero queremos que ese precio del gas no sea el precio al que se pague el resto de la electricidad que se produce, que tiene un precio más barato”.

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de este viernes permitió a España manejar los precios de la luz dado que su configuración energética no es la misma que en el resto de la UE y el sistema de formación de precios basado en el coste del gas le estaba penalizando sobremanera, dado el alto porcentaje de generación con renovables que se utiliza en nuestro país. De ahí que Sánchez defendiera ante los Veintisiete poner un límite al precio del gas en España, para que no distorsionase el sistema. Pero hasta ahora no se había explicado la forma concreta para poner ese tope, que puede ser, como dice la ministra Ribera, sacando el precio del gas del mix de generación y ponderando su efecto en virtud del 15% de generación que aporta cada día al conjunto, frente a la aportación mayoritaria de energías más baratas (hidráulica, renovable y nuclear).

Según la idea que maneja la ministra y que apuntó ayer escuetamente, se trata tanto de poner un tope máximo al precio del gas, como de analizar la entrada de electricidad en el modelo español hora a hora y determinar el precio a pagar en esas franjas en virtud del tipo de energía que les entre y con la prioridad que establece el sistema español: primero renovables y más baratas, y luego el resto. Cuando haya energía procedente de una planta gasista, a precios más caros, se prorrateará con todo lo que se tenga en esa hora concreta, de forma que el precio (en esa timing) bajará y no se tendrán que pagar todas al precio de la más cara del día, como hasta ahora. Esa división y adjudicación de oferta y demanda por franjas horarias, que ya se utiliza en el sistema, supone que no se generan costes adicionales para nadie, aunque el precio de la luz en general bajará de forma considerable y, con ello, los ingresos de las eléctricas, que verán esfumarse los 'beneficios caídos del cielo' de la noche a la mañana. 

A pesar de que la idea de poner un tope al gas está sobre la mesa y eso puede generar un coste a las gasistas, la ministra entiende que no habrá que hacer grandes compensaciones y mucho menos con fondos públicos, porque el sistema se encargará de ordenarlo todo y que cada cual reciba por lo que está ofertando, por riguroso orden de entrada de las órdenes de compra y de venta. El propio Pedro Sánchez ya dejo caer en la noche del viernes, sea cual sea el sistema que funcione y las compensaciones que se puedan plantear, "no van a ser ayudas o dinero público para empresas de gas y electricidad". 

Pendientes del análisis de la UE

No obstante, esa fórmula de “separar el gas de la formación de precios", que ya se había testeado con las autoridades comunitarias desde hace varios meses, sin éxito, y que ha estado desde el principio en la mesa de la ministra muy de la mano de las empresas de renovables, puede encontrar dificultades a la hora de lograr el visto bueno de la UE, dado que cambia el modelo general de formación de precios europeo, algo que rechazaron de plano Alemania y Holanda en la cumbre y en los encuentros previos a la misma. El propio Gobierno admitía tras la reunión que se había logrado esa excepción para poner topes al precio del gas (ni siquiera de la elecricidad), aunque no se había podido llegar a plantear como opción el sacar o desacoplar el precio del gas del sistema de formación de precios.

Fuentes empresariales consultadas sobre este modelo aseguran que puede ser muy válido si entendemos que la "excepción" que la UE otorgó a España este viernes lo que contempla es que España pueda hacer prácticamente lo que quiera con el precio de la luz. Frente a ello, el propio Sánchez advertía tras el encuentro de Bruselas que la Comisión se ha comprometido a "contestar muy rápido" a sus propuestas para lidiar con el precio del gas, pero no a aceptar todo lo que se le proponga. 

Es en ese contexto en el que Teresa Ribera asegura que la cumbre era muy necesaria para dar el aval jurídico europeo a los planes de España con los precios de la luz, porque de lo contrario, siempre se podía abrir un procedimiento contra España. Ribera está convencida de que este es el mejor modelo para nuestro país, dada la singularidad de su sistema de generación energética, que no es tan dependiente del gas ruso como Alemania u otros países europeos. "La Comisión necesitará unos días, unas semanas para comprobar que todo es correcto o recomendarnos introducir mejoras y calculamos que en tres o cuatro semanas podremos tener un pronunciamiento de la Comisión sobre aquello que estamos proponiendo y hacerlo inmediatamente operativo", señaló Ribera.

Mostrar comentarios