"Brexit is a great problema": así se vive en Rojales y San Fulgencio 'City' el adiós

  • Las inmobiliarias ya no pueden vender los adosados más baratos y los empresarios temen por el empleo en un 'paraíso' en el que el paro ronda el 8,5%.
San Fulgencio, Rojales y el Brexit
San Fulgencio, Rojales y el Brexit
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"Some live football for you tonight at El Toro featuring action from the English and Scottish premier leagues. Kick off 20:45 Rangers v Hearts & Man City vs Cardiff. See you there". No es un anuncio en la entrada de un pub de Manchester o Glasgow. Es un bar español, Bar El Toro, en Rojales (Alicante), municipio de la Vega Baja del Segura. El pasado jueves se jugaba el Valencia-Real Madrid de LaLiga, pero en El Toro a John, Alexander, Gareth o Kevin, clientes del bar, no les interesa lo más mínimo el fútbol español. Es más, no saben ni hablar español.

Beben pintas de Bombardier, Forster o Tennents en sus bares y pubs, desayunan con alubias, leen 'The Sun' o el 'Daily Mail', pasean sus perros y juegan al croquet o a los dardos. Eso sí, viven desde hace años en España y disfrutan del sol y de la sanidad española. Pero el Brexit es un negro nubarrón sobre su futuro que quizás acabe con su retiro dorado en España. Porque los ciudadanos del Reino Unido que viven en España son, principalmente, jubilados, como demuestra el dato del INE de que la edad media de los británicos que se concentran en las zonas costeras de Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana sea de 53,5 años, muy por encima de la edad media, que es de 43,1 años.

Jim, el dueño del Bar El Toro, tampoco habla español. Atiende a La Información desde su local: "Brexit is a great problema", asegura, para los 6.500 británicos empadronados en Rojales (17.000 habitantes), los 2.500 de San Fulgencio (7.500 habitantes) o quienes viven en la vecina Orihuela. Sólo en la provincia de Alicante hay censados más de 75.000 de los 300.000 que hay en toda España. Si el divorcio entre el Reino Unido y la UE se produce 'a las bravas' quizás tengan que volverse a su país. Un problema para ellos, pero también para estos municipios que han hecho de la acogida de jubilados británicos un modo de vida y de garantía de ingresos y empleo.

Más del 70% de los habitantes de Rojales y San Fulgencio no son españoles. En ambas localidades, las de mayor porcentaje de extranjeros de España, conviven -es un decir porque hacen vidas paralelas- sin mezclarse los nativos y personas de cerca de 80 nacionalidades, principalmente ingleses, que copan las casas de urbanizaciones como Ciudad Quesada o La Marina. Lugares, de cualquier manera, que ya perdieron buena parte de su población con la crisis de la burbuja inmobiliaria. Así, Rojales ha pasado en pocos años de 23.000 a 17.000 habitantes y San Fulgencio de 13.000 a 7.500.

"Y con la pérdida de población los ingresos se resienten y hay menos empleo", reconoce Antonio Pérez (PSOE) alcalde de Rojales, que se muestra "preocupado" por las consecuencias del Brexit en una localidad que, de todas formas, aún cuenta con una tasa de paro de apenas el 8%, muy inferior a la media, pero que sabe que buena parte de los puestos de trabajo en Rojales los generan los servicios que necesitan los 6.500 británicos censados, aunque la realidad dice que hay más, unos 8.000. Y es que en las calles de 'Rojales City' o 'San Fulgencio City' hay sobre todo "incertidumbre" sobre el futuro tras el Brexit.

Nicholas (76 años) y Rose (77) son un matrimonio de Leicester que lleva viviendo 10 años en San Fulgencio. Apenas hablan un básico español pese a llevar una década en España, pero aceptan conversar sobre su situación. Cuentan que tienen pensiones modestas, 1.100 libras él y 1.150 ella, y que no saben qué va a pasar si la moneda británica se devalúa aún más tras el Brexit. "Vendimos nuestra casa en Inglaterra para venir aquí. En nuestro país ya no tenemos familia. Aquí se vive bien. Sanidad buena, mucho mejor que allí, sol… Sí hay Brexit ¿nos tendremos que marchar y empezar de nuevo con casi 80 años?", se preguntan antes de asegurar que ellos votaron 'no' en el referéndum de 2016. Están empadronados en San Fulgencio, pero ahora mismo "no sabemos lo que somos. Si europeos y británicos, solo británicos, españoles porque residimos aquí… 

Lo cierto es que en las urbanizaciones 'inglesas' de Rojales o San Fulgencio están en venta cientos de propiedades, "con precios que van desde 40.000 euros hasta más de un millón", y Ascensión Duarte, de la Inmobiliaria 'Smart Properties' de La Marina de San Fulgencio, nos hace un retrato inquietante de la situación que se vive desde que triunfó el 'sí' al Brexit y que se acrecienta ahora que se acerca la fecha límite del 12 de abril para el divorcio definitivo. "Las ventas de casas han descendido un 70% desde el 2016 y para cambiar moneda, que nosotros también lo hacemos, antes había unas colas enormes y ahora apenas viene casi nadie a cambiar libras por euros. Hay mucha preocupación por el futuro en los bares, cafeterías, negocios… Nosotros en esta inmobiliaria somos 18 personas trabajando, pero si no se vende habrá que echar a gente".

Explica, que a quienes más está afectando el tema del Brexit es a los británicos trabajadores, que vinieron a jubilarse a España y "cobran 1.000 o 1.200 euros de pensión. Al rico, realmente, le da igual el Brexit porque no depende de la sanidad pública y puede pagarse un seguro privado. Pero al jubilado normal, que ha visto además como la libra se ha devaluado un 36% desde el referéndum…  Ése ya no puede vivir aquí y se tiene que ir". Esta situación sobre a quién afecta más el Brexit la constata la responsable de la inmobiliaria por el tipo de casas que vende: "La crisis del Brexit ha afectado a la venta de propiedades pequeñas y medianas, casas de entre 40.000 y 150.000 euros. De esas no se vende casi ninguna. De las grandes, de las de 300.000, 400.000 o 500.000 todavía se vende alguna. A los británicos ricos el Brexit les da igual".

Entre ellos, Derek Mons. Este inglés, "de más de 70 años ya", lleva ya ocho años en el equipo de Gobierno de Rojales y se vuelve a presentar en la lista del Partido Socialista encabezada por Antonio Pérez. Es el concejal encargado del enlace con los ciudadanos británicos y extranjeros residentes en la localidad y espera "no tener que volver al Reino Unido" porque "después de 20 años residiendo en España ya nada me ata a mi país de origen"”. Derek es originario del noroeste de Inglaterra y califica de vergonzosa la imagen que está dando su país con el Brexit, "con unos partidos políticos, un Parlamento y una ciudadanía divididos y que no saben a dónde quieren ir realmente".

Reconoce que "pese a esfuerzos que hacemos con actividades conjuntas, las comunidades española y británica hacen vidas paralelas. No se mezclan y cada uno va a lo suyo porque los ingleses venimos aquí buscando sol, seguridad y buena sanidad y tenemos nuestros bares, nuestros clubes, nuestro ocio… Pero ambas comunidades nos necesitamos y no hay ningún problema de convivencia sino todo lo contrario". En Rojales, por ejemplo, "hay muy poco paro y en buena medida es debido a los recursos que generan los residentes extranjeros y por ello, tras el Brexit, debería haber acuerdos bilaterales entre el Reino Unido y España, como el que tiene España con Noruega, que posibiliten que los ciudadanos británicos puedan seguir viviendo en España, recibir sus pensiones aquí y sus prestaciones sanitarias también".

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