El 'oro verde'

La sequía arrasa la producción de aceite de oliva que es el nuevo 'artículo de lujo'

Si no se produce un milagro en forma de lluvia abundante en las próximas semanas, España producirá entre un 30% y un 50% menos y su precio se disparará en almazaras y lineales hasta niveles nunca vistos.

olivares de Andalucía
La sequía arrasa la producción de aceite de oliva que es el nuevo 'artículo de lujo'.
EUROPA PRESS

Las previsiones más optimistas, si en los meses de septiembre y octubre llueve unos 40 litros por metro cuadrado cada mes, hablan de una producción de aceite de oliva para la campaña 2022/2023 de poco más de un millón de toneladas, un 30% menos que los 1,5 millones de esta campaña. Pero si no se dan esas lluvias, algo que ha sucedido hasta ahora, algunas voces del sector ya advierten de la “catástrofe” y de una ‘cosecha’ que, azotada por la sequía y las altas temperaturas, apenas alcanzará a molturar unas 750.000 toneladas de aceite. Una merma del 50% respecto a la anterior cosecha. Y ello, en el principal productor mundial, como es España, augura “escasez y precios por las nubes en los próximos meses”, principalmente ya en invierno, tanto en origen como en los lineales, según fuentes del sector. Y eso, sin duda, será un nuevo baldón para la inflación y el coste de la cesta de la compra, ya disparadas en España, y que ahora mismo se sitúan en el 10,4% interanual.

En ASAJA Sevilla ya se viene advirtiendo que, como mucho, la producción estará en torno “al millón de toneladas”, cuando las necesidades “se calculan sobre 1.600.000 toneladas”, por lo que “estaríamos hablando de una oferta insuficiente para cubrir la demanda”. Así, “la disponibilidad de aceite de oliva, incluyendo el stock de enlace, se prevé en 2,7 millones de toneladas, cuando en la campaña actual (2021-2022) hubo unas disponibilidades de 3.250.000 toneladas, es decir, que tendremos unas 650.000 toneladas menos en la próxima campaña”.

Y es que, no solo en España se va a producir una bajada muy reseñable de la producción, sino que las demás zonas productoras, como Grecia, Italia y Túnez, se van a encontrar con reducciones de stocks por encima del 50% con respecto a la campaña anterior y por ejemplo, en California, primera productora de aceite de EEUU, ya se da casi por perdida la totalidad de la cosecha. Desde el Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía se mantiene silencio y no se dan los datos del posible aforo (previsión de cosecha) por no alarmar y tensionar aún más el mercado, pero la Unión Europea ya ha mostrado su “pesimismo” de cara a la producción de aceite para la próxima campaña y advierte además de que las previsiones “apuntan a que es probable que los precios se mantengan altos debido a los altos precios de los combustibles y los costes de transporte; a lo que se une unas expectativas a la baja en producción de aceite de oliva de cara a la próxima campaña”.

En estos momentos, el precio del aceite de oliva continúa al alza en un contexto en el que, además de los datos anteriores, hay que tener en cuenta también el récord de comercialización. Así, según los datos del sistema de información de precios en origen del aceite de oliva POOLred, la cotización de cada kilo de virgen extra roza ya los 4 euros, se vende en origen ya a 3,92 euros el kilo. Un aumento del precio del 2,47 % en una semana. Y cuando a finales de julio el kilo de virgen extra se vendía a 3,71 euros, es decir, que el precio ha subido en algo más de 20 céntimos en menos de un mes. Además, no hay distinción de calidades de aceite en cuanto a su precio. Según la misma fuente, el sistema POOLred, el aceite virgen ayer se vendía a 3,82 euros el kilo, es decir, sólo a 10 céntimos menos que el virgen extra y el lampante -esto es, el aceite de peor calidad o defectuoso-, se vende a 3,84 euros el kilo, más caro aún que el virgen. Y es que este aceite es el que la industria utiliza para producir aceites refinados y de orujo de oliva, sustitutos del de girasol, escaso y muy caro a partir de la invasión de Ucrania, de donde venía el 60% del aceite de girasol que consumía España.

Así, desde el sector no se descarta que “en pocas semanas” el virgen extra llegue al máximo histórico que alcanzó en 2015, cuando llegó a costar 4,20 euros el kilo en origen. Eso en unas semanas porque para el invierno, y cuando comience la campaña 2022-2023 marcada por la mala cosecha, “no es difícil que veamos el virgen extra a 5 euros en almazara y a más de 7 en los supermercados”. Un 20% más caro que en la actualidad.

De momento, Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén -el mayor olivar del mundo- ya ha hecho una estimación acerca de la futura cosecha olivarera y el balance no puede ser más preocupante: Se espera unas pérdidas de más de 1.000 millones de euros, respecto a la última, a causa de la extrema sequía que padece el campo jiennense. “Si persiste la sequía, los olivares de la provincia dejarán de producir 270.000 toneladas de aceite de oliva. Esto implica que, con los precios de mercado actuales del aceite de oliva, el sector dejará de percibir más de 1.000 millones de euros, cifra a las que hay que sumar la derivada de los ingresos por la venta de los subproductos del aceite, que consecuentemente también se reducirán”, aseguran el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén, Higinio Castellano.

De momento, y para ir acostumbrándonos a la escasez, la aceituna de mesa, con la provincia de Sevilla como principal productor, afronta, comienza ahora en septiembre, su “peor campaña desde hace 15 años”, con una reducción de la cosecha de un 50%. El presidente del Consejo Regulador de las IGP Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla, José Luis Oropesa, prevé una caída de producción de estas variedades “de más del 50% en algunas zonas de la campiña sevillana”.

Y tras la aceituna de mesa, en noviembre, llega la aceituna de almazara y desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Sevilla, trasladan la "preocupación" de los agricultores por la campaña. “Los olivos resisten las altas temperaturas, pero no toleran la falta de agua" y en la provincia de Sevilla este año se ha contabilizado una lluvia menor a los 300 litros por metro cuadrado, cuando lo "habitual" es superar los 500. Y ello también redundará en el empleo que proporciona el olivar: "si hay la mitad de producción, también lo habrá de empleo". Al haber menos “agua en el suelo, la aceituna no engorda, por tanto, hay menos kilos y la producción es menor".

En jaén, los productores miran a sus olivos y dicen: “deberían estar repletos de aceitunas ahora que se acerca la cosecha. Pero están vacíos. Y esta es la cosecha para el aceite que llegará a los supermercados el próximo año". "Los compradores ya están pagando un tercio más que el año pasado, pero la sequía lo encarecerá aún más", afirma Juan Gadeo, director de la cooperativa Oleocampo de Torredonjimeno (Jaén). Quien sentencia: “Hay un sentimiento de depresión e incertidumbre en el sector. Otro año como este que se avecina sería una auténtica catástrofe".

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