Tributa como puedas: guía de los países donde pagar impuestos es más irritante

    • En Brasil, una persona tendría que trabajar año y medio a jornada completa para sacar tiempo para tramitar las obligaciones fiscales de una empresa.
    • Venezuela obliga a las compañías a pagar 71 veces a lo largo de un año y la presión fiscal en Argentina es del 108%.

Bruno Pérez
Bruno Pérez

Si nos dejáramos arrastrar por la visión más tópica e idealizada diríamos que los brasileños se pasan el día jugando al fútbol en la playa y bailando samba. Bien, pues lo que de verdad se pasan la vida haciendo es pagando impuestos.

Al menos, ésa es la cruda realidad diaria para los millones de brasileños que tienen una empresa y que, según el informe Paying Taxes 2013, se ven obligados a dedicar 2.600 horas al año, lo que traducido en jornadas laborales de ocho horas sumarían nada menos que 325, a cumplir con sus obligaciones fiscales.

En España, por ejemplo, un empresario tarda una media de 167 horas en cumplir sus obligaciones con Hacienda, unas tres semanas de trabajo; en Luxemburgo la cifra se reduce a 59.

Para hacerse una idea de las implicaciones de lo que ocurre en Brasil basta decir que este año 2013 en España habrá 249 días laborables. Es decir, que los sufridos asesores fiscales de los empresarios brasileños, imposible sobrevivir en Brasil sin al menos uno de ellos, tendrán que hacer horas todos los sábados del año y algún que otro domingo para poder estar al día con la Hacienda brasileña.

La consultora PriceWaterhouseCoopers y el Banco Mundial, autores del informe, atribuyen semejante embrollo fiscal a la proliferación de confusas normas estatales y municipales, que ilustran con el complejo sistema de pago del IVA que obliga a las empresas a dar información extraordinariamente minuciosa de sus ventas en distintos puntos del país para facilitar el reparto de la recaudación entre los 26 estados del país, los distritos federales y los municipios. Un infierno.

Brasil sólo ocuparía, no obstante, el puesto 29 en el ránking de los países más irritantes para las empresas a la hora de cumplir sus obligaciones fiscales. Es decir, aún hay lugares peores.

Por ejemplo, Gambia, la República del Congo o la Argentina de Cristina Fernández de Kirchner, una lista selecta de países donde el incremento desmesurado de la presión fiscal sobre las empresas les obliga año tras año a elevar los precios para poder hacer frente a sus obligaciones fiscales.

Argentina y Venezuela

En Argentina, por ejemplo, la presión fiscal sobre las empresas prevista para 2013 según el informe será del 108,3% "lo que obliga a las empresas a aumentar sus precios para elevar sus beneficios y poder hacer frente a sus obligaciones fiscales", resumen los autores.

España está por debajo de la media en el nivel de presión fiscal sobre las empresas, que es del 38,7%, sumando tanto el Impuesto de Sociedades, como el IVA y las cotizaciones sociales.

Pero si existe un infierno fiscal en la tierra para las empresas ésa es la República Bolivariana de Venezuela.

Las empresas que tienen a bien aventurarse en el país de Hugo Chávez deben saber que se enfrentarán cada año a la obligación de cumplimentar 71 pagos diferentes de impuestos (la media global es de 27 pagos y en España, las empresas apenas tienen que realizar ocho).

Cumplimentar toda la documentación asociada a estas figuras tributarias les llevará 792 horas, un centenar de jornadas de trabajo, casi cinco meses; y se encontrarán una presión fiscal media del 67,2%.

Si le damos la vuelta a este antiránking nos encontraríamos con Emiratos Árabes Unidos, el sistema fiscal más simple del mundo. Un lugar donde la administración apenas quita a las empresas un 14% de sus beneficios, donde sólo tienen que formalizar cuatro pagos al año y en el que dos días (14 horas) son suficientes para olvidarse del engorroso trámite fiscal.

El informe concluye que existe un patrón geográfico que permite encuadrar los sistemas fiscales. Norteamérica es el lugar dónde se pagan menos impuestos; Centroamérica, el que obliga a sus empresas a pasar más veces por la oficina para cumplir sus obligaciones fiscales; y Sudamérica, el que exige más paciencia (más tiempo) para tramitar el pago de impuestos.

África es el lugar del mundo con los impuestos más altos; Asia, el que más ha mejorado su sistema fiscal; los países árabes son los que menos requisitos exigen; y el Sudeste Asiático, con Oceanía, el área con los impuestos más bajos. Europa figura como la región con un sistema fiscal más eficiente.

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