En los últimos años, hemos experimentado un notable crecimiento en el precio de la gasolina, lo que ha hecho que la economía de muchas personas se haya visto resentida, sobre todo en aquellos casos en los que el uso de este medio de transporte es la única forma de desplazarse de un lugar a otro. Afortunadamente, existen una serie de trucos para ahorrar gasolina que te pueden ayudar.
Cómo ahorrar gasolina antes de ponerte al volante
A la hora de hablar de recomendaciones para el ahorro de combustible, podemos diferenciar entre los trucos a aplicar cuando ya estamos al volante, como aquellos que se pueden realizar antes de subirse al vehículo. En este caso comenzaremos hablando de estos últimos, que en su mayoría tienen que ver con un adecuado mantenimiento del vehículo.
Para empezar, debes ser consciente de la importancia de que la presión de los neumáticos sea la correcta, tanto por razones de seguridad como por el propio consumo de gasolina. Deben estar siempre hinchados a la presión indicada por el fabricante y según las condiciones climatológicas, ya que en caso contrario el consumo puede incrementarse hasta en un 4%. También debes tener el filtro de aire en buen estado, puesto que si no lo está hará que se reduzca la potencia del motor y que el consumo de gasolina aumente.
Igualmente, es necesario hacer limpieza y dejar lo imprescindible en el maletero, ya que desplazarse con un coche excesivamente cargado de equipaje hará que pueda dispararse el combustible incluso por encima del 6%. Por último, ten en cuenta la importancia de planificar bien tu viaje para así evitar consumir más consumible de la cuenta. Si los planificas bien podrás llegar a tu destino de manera más rápida y eficiente.
Trucos para ahorrar combustible en la conducción
Más allá de las recomendaciones anteriores, hay varios trucos a poner en práctica para ahorrar gasolina una vez que nos hemos puesto en marcha. En este sentido, debes evitar dar acelerones, ya que cuanto más pises el pedal del acelerador, más combustible saldrá y más consumirá el motor, siendo, por tanto, necesario acelerar con suavidad y, siempre que sea posible, nunca a más de la mitad del recorrido del pedal. No debes confundirlo con llevar el motor muy bajo de revoluciones, puesto que puede ser contraproducente. Generalmente, la mayor eficiencia la conseguimos entre las 1.600 y las 2.500 rpm, si bien depende de si se trata de un motor diésel o gasolina, si es atmosférico o turbo…
Una técnica muy eficiente y no tenida en cuenta habitualmente para ahorrar es poner la vista a lo lejos, ya que de esta forma podrás anticiparte a diferentes situaciones que se den en la carretera, lo que además de ser más seguro, podrás ahorrar combustible. En la práctica, lo conseguirás porque al ver una retención a lo lejos, un vehículo o un semáforo en rojo, podrás dejar de acelerar con mayor antelación, lo que se traducirá en un menor consumo.
Por otro lado, para ser mucho más eficiente al volante, es necesario evitar una conducción brusca y buscar circular a una velocidad constante, lo que evitará picos de consumo en el motor, además de apagar este último en paradas largas de más de un minuto. Ten en cuenta que un motor al ralentí consume carburante, y apagándolo podrás ahorrar, si bien en la actualidad la gran mayoría de vehículos cuentan con el sistema “Start & Stop”, que se encarga de apagar el motor cuando está a ralentí.
A todo ello debes sumar la necesidad de utilizar marchas más largas para no revolucionar en exceso el motor, de usar el freno del motor para desacelerar suavemente, y nunca olvidar que a menos velocidad, menos consumo.
