Wall Street cae casi 1 % tras su peor sesión de 2012 debido al abismo fiscal

Teresa de Miguel

Nueva York, 8 nov.- El temor a que la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso de EE.UU. lleve en enero a unos recortes automáticos del gasto y subidas de impuestos que arrastrarían al país a la recesión volvió a pesar hoy sobre Wall Street, que perdió casi un 1 % después de su peor jornada de 2012.

El Dow Jones de Industriales, el principal índice de los mercados neoyorquinos, cayó hoy el 0,94 % ó 121,41 puntos para quedar en las 12.811,32 unidades, con lo que se hundió aún más bajo la barrera de los 13.000 puntos, que perdió el miércoles por primera vez desde principios de agosto.

Similares fueron las pérdidas de los otros dos principales indicadores de Wall Street, el selectivo S&P 500 (-1,22 %) y el índice compuesto del mercado Nasdaq (-1,42 %), que se alejaron también de los importantes niveles de los 1.400 y los 3.000 enteros, respectivamente.

Llovió así sobre mojado, puesto que el miércoles, el día en que se conoció la reelección de Barack Obama como presidente de EE.UU., esos tres índices cayeron más del 2 % y, en el caso del Dow Jones, esa no solamente fue su peor sesión en un año sino también su segunda peor jornada postelectoral desde 1948.

Y es que, una vez terminada la incertidumbre de la larga campaña electoral, los inversores centran ahora sus preocupaciones en el llamado "precipicio fiscal", después de que el Congreso siguiera dividido tras los comicios, ya que los republicanos mantienen el control de la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado.

Si no se ponen de acuerdo antes de final de año para reducir el déficit en 1,2 billones de dólares a lo largo de la próxima década, el 1 de enero entrarán en vigor de forma automática unos recortes del gasto y unas subidas de impuestos por hasta 600.000 millones de dólares que podrían llevar al país a la recesión.

El miedo que genera ese escenario tiñó de rojo nuevamente a Wall Street, que había amanecido con unas moderadas ganancias gracias al efecto rebote y a la difusión de dos datos mejores de lo previsto en EE.UU.

Por un lado, las peticiones de subsidio por desempleo cayeron en 8.000 la semana pasada, en tanto que el déficit comercial cayó el 5,1 % de agosto a septiembre hasta quedar a su nivel más bajo desde finales de 2010.

Pero esos datos no fueron suficientes para mantener al alza al parqué neoyorquino, que además se vio arrastrado por el cierre bajista de las bolsas europeas, donde Milán perdió el 0,64 %, Madrid el 0,48 %, Fráncfort el 0,39 % y Londres el 0,27 % en un día en que el Banco Central Europeo decidió mantener los tipos de interés.

Así, todos los sectores de Wall Street volvieron a cerrar a la baja, liderados por el energético (-1,73 %), el de los bienes de capital (-1,24 %), el tecnológico y el de servicios (-1,23 % en ambos casos), y el financiero (-0,9 %).

El rojo también se hizo con la inmensa mayoría de los componentes del Dow Jones, donde destacaron la tecnológica Cisco (-2,21 %) y la cadena de comida rápida McDonald's (-1,99 %), esta última después de anunciar el primer descenso mensual de sus ventas en nueve años.

También bajó, aunque un leve 0,08 %, el grupo de entretenimiento Walt Disney, que en las operaciones electrónicas posteriores al cierre ampliaba sus pérdidas al 2,26 % tras anunciar que cerró su año fiscal 2012 con un beneficio neto de 5.682 millones de dólares, 18 % más, pero sus ingresos no alcanzaran las expectativas.

En cambio, destacaron los avances de Bank of America (1,73 %) y la aeronáutica Boeing (1,24 %), esta última después de anunciar la reestructuración de su división de defensa, que supone el recorte de 1.600 millones de dólares en dos años.

La actividad en Wall Street siguió activa tras el cierre gracias al popular buscador de viajes Kayak, que se disparaba el 26 % en las contrataciones electrónicas después de que el portal de reservas Priceline acordase adquirirlo por 1.800 millones de dólares.

En otros mercados, el petróleo de Texas consiguió poner fin a la sangría de la víspera, cuando se desplomó más del 4 %, al repuntar un 0,77 % y cerrar en los 85,09 dólares por barril.