Zapatero reclama a europa que lidere un programa “mundial” de estímulo económico y consolide su unión política


El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero reclamó este viernes a Europa, sobre todo a los países que, como Alemania, tienen superávit comercial, que lidere un programa “mundial” de estímulo económico y que consolide su unión política, económica y fiscal para salir de la crisis y seguir siendo “modelo” de bienestar.
Rodríguez Zapatero participó en una mesa de debate sobre la globalización dentro de una jornada con líderes progresistas latinoamericanos organizada por la Fundación Ideas.
Alertó de que, según las previsiones, en 2050 ningún país europeo estará en el G8, y Europa sólo tendrá presencia si se une. Por tanto, en las dos próximas décadas debe decidir si es de verdad una unión política, económica y fiscal, y no sólo monetaria.
Pero en este contexto, añadió, sería “inútil” intentar avanzar en esos terrenos sin un programa de impulso económico que tienen que liderar los países con superávit comercial.
Rodríguez Zapatero se definió como un “firme defensor” de la consolidación fiscal y prueba de ello es que “cuando tuve que tomar medidas difíciles, las tomé”. Pero las instituciones y los gobiernos europeos, también Alemania, “deben tomar conciencia de que sólo con consolidación fiscal lo más probable es que no consigamos ni siquiera la consolidación fiscal, porque necesitamos algo de crecimiento”.
“Lo que no puede ser”, denunció, es que la realidad económica cambie como lo hizo el pasado mes de agosto “y la reflexión no cambie”. “Hay que tener capacidad de ver en cada momento qué es lo que está pasando”, alertó.
Por ello, junto al “exigente” programa de consolidación fiscal, que debe ser así porque excesiva deuda durante mucho tiempo “no es sostenible”, tiene que haber un “programa mundial, que lidere Europa, de estímulo. Europa primero, y el G20, liderado por los países con superávit comercial”.
Precisó además que no es una petición de “ayuda” o “solidaridad”, sino un requisito para recuperar el crecimiento estable y equilibrado en el mundo.
A los progresistas de todo el mundo, especialmente de Europa y de América Latina, les exhortó a seguir defendiendo la política y lo público porque, pese a la desafección creciente, “no hay alternativa” más allá de la democracia representativa.
En ese contexto, Zapatero se mostró convencido de que el tiempo de las “grandes ideologías” entendidas como “recetas absolutas” ya cumplió su función histórica y es momento de una “nueva perspectiva”.
La crisis, aseguró, lo es, “y en el mejor sentido de la palabra, de la apoteosis ideológica” que se vivió tras la Segunda Guerra Mundial, y la economía y la globalización deben ser “el campo de juego” de los progresistas, con una consolidación y extensión de la socialdemocracia, también en los países emergentes y en desarrollo.
“No he perdido mi posición optimista ante el desarrollo de las cosas”, aseguró Zapatero como colofón a su intervención, plagada de datos para ilustrar que el dominio occidental sobre el resto del mundo está “claramente puesto en cuestión” y está en marcha desde hace años un “reequilibrio” del crecimiento y de la riqueza en el planeta.
Con esa perspectiva, América Latina debe, en su opinión, poner mayor énfasis en el fortalecimiento del Estado y de la democracia representativa, definir el mapa y la agenda de su integración, e intensificar sus inversiones en infraestructuras, tecnología y educación.

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