Mujeres emprendedoras

Cocunat, así busca liderar Sara Werner la revolución de la cosmética 'toxic free'

Tras un año récord de facturación, la startup catalana pretende afianzar su negocio para alcanzar los 100 millones entre 2023 y 2024, y seguir con la expansión de la belleza sostenible. 

Sara Werner, fundadora y CEO de Cocunat
Sara Werner, fundadora y CEO de Cocunat
Cocunat

Crear una startup siempre requiere, entre muchos factores, de tiempo, una idea innovadora (y rentable), y de tener un capital inicial. Y así fue como Sara Werner, una mujer de Huesca después de dejar su trabajo en nosotras.com, y antes haber trabajado como directora de Marketing y Comunicación en Alqvimia, conversó con Luis Martín Cabiedes, un capitalista de riesgo, quien la ayudó a 'bajar su idea a tierra'. Ya en 2013, fundó Cocunat, una compañía de cosmética de fabricación de productos 100% naturales, libre de tóxicos, cruelty free, sostenibles y veganos, con el ambicioso propósito de "cambiar la industria".

Aceites, cremas, mascarillas faciales, sprays, shampoos y una alta variedad de productos de cosmética son los que se encuentran en este ecommerce. La oscense, sin embargo, no creó esta compañía porque sí. La razón detrás de esta startup es que su madre sufre de sensibilidad química múltiple, por lo que se crió en un ambiente en el que todos los cuidados para la piel eran clave y entendía que el sector tenía una gran carencia al respecto.

"Dentro de la alimentación ya había una vertiente clara, en contaminación también, pero en cosmética nadie hablaba de ello", cuenta la CEO, por lo tanto nació esta necesidad. Sara era consciente de que el mercado iba a dirigirse "más pronto que tarde" hacia allí. Aunque su negocio comenzó como un marketplace donde vendían productos de otras compañías, poco a poco fue tomando el rumbo deseado por su fundadora y hoy ya tiene más de 30 productos y están presentes en gran parte de España, con sede principal en Barcelona.

Su modelo de negocio se basa en su ecommerce enfocado en un 'direct to consumer' donde buscan una comunicación directa con el usuario por dos razones específicas: primero porque les permite conocer el pulso del consumidor, es decir, saber qué quiere y cómo lo quiere. Por otro lado, es una forma diferente de comunicarse al buscar todo el tiempo una respuesta, y nace la posibilidad de crear contenido de seguidores, a lo que llaman 'consumer generated content'. "Las personas que salen en nuestra cuenta de Instagram, por ejemplo, son clientas que están felices con los productos y que no tienen problema con mostrarlo través de nuestra redes", comenta Werner.

Tal ha sido el éxito de la compañía catalana, que en 2019 facturaron 4 millones de euros y un año después, multiplicaron por ocho sus ventas, alcanzando los 32 millones de euros con un equipo de 30 personas, convirtiéndose en un ejercicio histórico para la firma. Según cuenta Sara, cuando llegó a la 'ola del 800%', adelantando cuatro años su plan de negocios, se subió a las nubes y tuvieron que ponerle los pies en la tierra: "Era la única forma de no morir de éxito. Sino todo el esfuerzo que habíamos hecho hubiera sido en vano".

Por lo mismo, para este 2021 su plan es diferente. Enfocará todo su proceso a afianzar los cimientos para poder crecer luego en 2022 y 2023. Su objetivo es profesionalizar los equipos, apoyarlos después del 'año de la Covid' y realizar una campaña de consolidación para dar los siguientes pasos. "Tal vez no es tan glamoroso, pero es más seguro y puedes llegar a los mismos resultados (...) que un año lo dedique a prepararme creo que es lo más inteligente que puedo hacer", afirma.

A pesar de ser una startup que ha crecido de manera exponencial, Cocunat no se ha caracterizado por tener una trayectoria con una financiación externa muy alta. Según cuenta su fundadora, esto se debe a que es un negocio enfocado en obtener rentabilidad lo antes posible: "Basas tus objetivos centrándote en alcanzar números negros lo antes posible". Sara indica que hay dos tipos de compañías, la primera se centra en obtener mucha cuota de mercado, por lo que basan sus ingresos en gran parte por rondas de financiación, y la segunda como la de ella. "Las mujeres emprendedoras en general siempre elegimos este modelo, por organización y distintos factores", enfatiza.

"Creo que existe un talento femenino muy grande", dice Werner. El 80% de las decisiones de compra están en manos de mujeres por lo que cree que entender ese proceso es clave. "Solo necesitamos que se escuche más, que existan más mujeres inversionistas y que las emprendedoras femeninas aprendan a conversar con los inversores hombres".

Para los próximos meses, Sara espera continuar con esta 'evangelización' del concepto 'toxic free', acuñado por ella, que hoy cuenta con más de dos billones de búsquedas en redes sociales. Al mismo tiempo, buscará afianzar su negocio en el mercado europeo y estadounidense, y para a fines de 2021 o comienzos de 2022, poder llegar a China, uno de los consumidores más grandes del mundo de esta industria de la cosmética con su conocido 'K-beauty'. "Pretendo llegar a la mayor cantidad de hogares en el mundo y que el día de mañana consigamos ese cambio que tanto deseamos de tener una cosmética más segura y transparente", concluye Werner.

Mostrar comentarios